Las rastas es un peinado que no a todo el mundo le gusta, pero que aun así nunca pasa de moda. Muchas son las personas que vemos por la calle, a pesar de los años, con una de estas 'trenzas' en el pelo, ya sean de forma individual o por todo el cabello, más cortas o más largas. Aunque este peinado tenga su origen en los rastafaris de Jamaica, de ahí su nombre, siempre se ha atribuido a una determinada tribu urbana. Pero el mayor mito acerca de las rastas es la suciedad que suponen, al igual que aquellas personas que lo tienen no se lavan el pelo, y que cuanto más sucio el pelo mejor aguantará la rasta. Todo esto no son más que bulos y leyendas urbanas, ya que al contrario de lo que se dice, las rastas es un peinado que necesita de numerosos cuidados y advertencias que debes conocer si te has decantado por este moderno look para tu cabello.
Lo primero que debes tener en cuenta es que no todas las personas son capaces de hacer rastas, por lo que si has decidido optar por este peinado lo mejor que puedes hacer es ponerte en manos de profesionales, que las conozcan realmente y las sepan hacer correctamente, para después no tener problemas y que se deshagan con facilidad. Además, tomar la decisión de hacerse rastas en el cabello no debe ser algo espontáneo, sino que debes estar muy seguro de ello porque la vuelta atrás solo se puede realizar mediante un rapado del peinado al completo. Esto tampoco debe suponer un problema, ya que recuerda que el pelo no es más que pelo y vuelve a crecer.
¿Cómo lavar las rastas?
Las rastas que se realizan de manera manual es una técnica muy cuidada en la que se utilizan simplemente las manos y una aguja de tejer. Por ello debes saber que en los primeros días o incluso semanas una vez realizadas es verdad que no debes lavarte el pelo. No es cuestión de suciedad, sino que con el cabello tan limpio, una fricción más fuerte de la cuenta puede provocar que las rastas recién realizadas se desbaraten, por lo que es mejor dejarlas asentar durante un pequeño periodo de tiempo.
Una vez transcurrido este periodo, procederemos a un lavado natural del pelo, realizando un pequeño masaje en el cuero cabelludo. Es importante utilizar champús antiresiduos, es decir, lo más neutros posibles para que los restos del champú no se queden atrapados entre los pelos de las rastas. De manera contraria, esto provocará que los residuos se acumulen y el cabello pueda llegar a pudrirse y tener muy mal olor. También es muy recomendado aquellos acondicionadores y champús que tienen coco, ya que son muy beneficiosos con el cabello y darán un aspecto mucho más bonito a las rastas.
No frotes las rastas con el champú como harías con tu pelo de forma natural, ya que puedes estropearlas, sino que deja que el agua con champú de tu cuero cabelludo resbale por ellas para limpiarlas. Acláralas con abundante agua, ya que las rastas con muy propensas a retener los residous o restos de jabón, algo que a la larga puede suponer un problema si no lo cuidamos. Una vez que hemos terminado con el lavado, déjalas secar en la medida de lo posible al aire libre, y que no quede ningún resto de humedad para evitar olores. En caso de que fuera necesario por estar en un clima húmedo, puedes utilizar un secador de pelo. Esto es realmente importante, ya que las rastas en la ducha funcionan casi como esponjas y retienen mucha agua. Si esta humedad no es eliminada del todo, acabaremos perdiendo calidad y buen olor en nuestro cabello.
Otros cuidados diarios
- Dependiendo de tu tipo de cabello y de la longitud de la rasta, podrás comprobar que desde casi el primer día hay algunos pelitos de menor tamaño o grosor que se pueden llegar a salir de la rasta. Para evitar que esto se produzca, uno de los cuidados diarios que hay que tener en cuenta a la hora de realizarse este peinado es conocer la técnica de la aguja de tejer. Si no la conoces, haz que alguien especializado te la enseñe porque de lo contrario puedes llegar a estropearla. Esta técnica consiste en que, con ayuda de una aguja como las que se utilizan para realizar ganchillo, se va arreglando la rasta que se puede llegar a desbaratar, introduciendo de nuevo aquellas partes que se vean más salientes o con tendencia a poder salirse.
- Para las horas de sueño, e incluso mientras se está en casa tranquilo, lo mejor es utilizar turbantes, cintas o incluso gomillas que mantengan las rastas apretadas y protegidas, ya que con los movimientos y fricciones sobre la almohada también pueden estropearse.
- Otra de las técnicas que se utilizan a diario para mantener las rastas perfectas como el primer día es utilizar el palmrolling, es decir, ir enrollándolas y frotándolas con las palmas de las manos para así conseguir que no se pierda su forma original. Esta es una técnica muy buena a complementar con la de la aguja de tejer.
- Para peinarlas evita cualquier tipo de cepillo, al igual que sprays, gominas o geles ya que como hemos comentado todos los residuos se queden incrustados entre ellas. Lo ideal es dejarlas sueltas o adornarlas con algún tipo de goma o cinta. Del mismo modo hay que tener especial cuidado con el uso de jerseys de lana o de bufandas y gorros, por las posibles pelusas que pueden enrredarse. En el momento en que encontremos alguna, eliminarla antes de que se pierda entre el cabello.