El cabello es, sin lugar a dudas, uno de los puntos clave de toda persona. Dependiendo de cómo cambie este, nuestra imagen puede verse alterada de una forma increíble. Y es que incluso la forma del rostro puede verse diferente dependiendo de si llevamos una melena larga o una melena corta, por ejemplo. Por eso es tan importante que sepamos qué es lo que más nos favorece a nosotros, qué es lo que más se adapta tanto a nuestra personalidad como al evento al que vayamos a acudir, son algunos casos.
Hay peinados para todos los momentos y todas las ocasiones, y hay algunos que pueden hacerse independientemente del largo de nuestro cabello. Incluso recogidos que favorecen increíblemente a las personas que tienen el pelo más corto, puesto que son tan sencillos que no requieren una melena larga para parecer elegantes. Aunque para las fanáticas del pelo suelto, lo mejor sin lugar a dudas es optar por peinados tradicionales, cómodos y elegantes. Pero, ¿Hay un peinado más sencillo, bonito y sofisticado que unas ondas al agua? Este estilo lleva de moda desde, más o menos, las décadas de los años 20 y los años 30. Son uno de esos peinados clásicos que siempre quedan bien, siempre se ven bien, independientemente de la época.
No hace falta más que echar un vistazo rápido a las mujeres más famosas del momento, y podremos comprobar como muchas de las de hoy en día siguen llevado en alguna ocasión ondas al agua. Es un peinado tan elegante que incluso pudiera parecer complicado de conseguir ¡Pero nada más lejos de la realidad! Si tienes una plancha de pelo a mano, tienes todo lo que necesitas para conseguirlo.
Además, este peinado es uno de estos peinados que va bien siempre, independientemente de la forma de tu rostro y del lago de tu pelo. No solo eso, sino que puedes hacértelo simplemente con tu plancha y dejarlo suelto, pero también puedes recogerlo si es que la ocasión lo exige. ¡No pasa nada! Queda igual de bien de las dos formas.
Ahora vamos al quid de la cuestión: ¿cómo hacemos las ondas al agua? Hay bastantes técnicas, aunque la más sencilla de todas ellas es la que se hace con la plancha de pelo, puesto que es la más rápida y la que requiere menos complicaciones. Recuerda, antes de empezar, debes usar un protector del cabello, el que mejor se ajuste a tus necesidades, el que tengas por casa, o aquel en el que confíes, pero has de hacerlo, porque el calor de la plancha puede ser muy agresivo para el pelo.
Una técnica muy sencilla
Una vez que tengas el pelo con el protector aplicado (recuerda que esto es fundamental siempre que uses cualquier aparato que dé calor al cabello), ya puedes a pasar a cepillar tu melena. Aunque este paso pueda parecer algo obvio, lo cierto es que debe hacerse con cuidado y con esmero, puesto que sol así conseguirás que los pasos de después vayan bien. ¡Y recuerda usar un cepillo que se adecué a ti!
Si tu pelo es rizado, sea cual sea el tipo de rizo, una vez que lo hayas desenredado tendrás que pasar a plancharlo y dejarlo bien liso. Esto es imprescindible para que las ondas queden marcadas a la perfección, por lo que tendrás que invertir un tiempo extra antes de ponerte con el proceso en sí del peinado. Pero tranquila, si tu plancha de pelo es rápida, ¡será poco tiempo!
Una vez que tengas el pelo liso, debes dividir en varias partes tu cabello. En este momento deberás armarte de paciencia: cuantas más secciones cojas, mejor acabará quedando el resultado. Una vez hecho, ¡al ataque! Debes ir marcando las ondas despacio, dejando que la plancha descanse en cada sección en la que quieras que haya una onda. Lo mejor es que comiences por la parte de arriba y vayas bajando, así te será mucho más sencillo.
Una vez hecho esto, deberás volver a cepillar: despacio, con suavidad. Así, estas ondas pasarán a estar mucho más rebajadas, tendrán menos volumen y se verán mucho más elegantes y bonitas. A continuación, tendrás que colocar pinzas por todo tu cabello, rebajando aún más el aspecto de las ondas; será en este paso en el que realmente tu pelo conseguirá tener la apariencia de unas ondas como las de las pasarelas, como las que siempre has visto en las películas clásicas. Si quieres una mayor fijación, siempre puedes optar por aplicar laca.
Unos últimos retoques pueden ser la clave
Si has hecho correctamente todos los pasos que hemos explicado hasta ahora, debes saber que lo único que te queda es dar unos últimos retoques y por fin el peinado habrá finalizado. Es un peinado que requiere cierto trabajo, pero acaba quedando lo suficientemente elegante como para que este merezca la pena. Es un peinado que lucirá tanto en una ocasión especial (como una boda, o una cena importante) como en un día de trabajo en el que te apetezca verte diferente.
Debes estar un tiempo con las pinzas puestas, más o menos una hora. Entonces ya podrás retirarlas y cepillar todos aquellos cabellos que tú veas que han quedado más desordenado de lo que quizás te gustaría. Si la onda se deshace no te preocupes, puesto que si has seguido bien todos los pasos, esta volverá a su sitio y no tendrás ningún tipo de percance. Puedes usar más laca si lo ves necesario; dependerá mucho del tiempo que vayas a estar fuera de casa, y de las condiciones climáticas del momento. Recuerda que si te cae agua en el pelo, dará igual lo bien que esté hecho el trabajo, porque todo se rizará, encrespará, y no habrá merecido la pena.
Puedes dejar las ondas sueltas, o puedes optar por recogerlas en alguna especie de peinado, o de medio recogido, para darle un toque diferente. ¡De ti depende!