El acondicionador
En primer lugar, el acondicionador, es recomendable cuando tenemos el pelo demasiado rebelde o difícil de peinar. Si después de la ducha te resulta complicado cepillarte el cabello porque está muy enredado, lo mejor es que pruebes con este producto. Le dará una mayor manejabilidad, además de suavidad.
Al igual que la mascarilla, debemos aplicarlo desde la mitad del cabello hasta las puntas, nunca en la raíz ya que eso hará que el cabello se ensucie mucho antes.
Podemos usarlo sin problemas cada vez que nos lavemos el pelo, ya que también nos servirá como protector contra factores externos como puede ser el sol, el secador o la contaminación.
La mascarilla
Por otro lado, la mascarilla aporta al cabello una intensa hidratación y un cuidado extra. Además podemos usarla como tratamiento reparador, pues existen multitud de mascarillas creadas específicamente para reparar el cabello dañado.
Debemos aplicarla solo en a zona más cercana a las puntas ya que al igual que ocurre con el acondicionador, puede engrasarnos demasiado la raíz.
¿Cuándo usarla? Lo recomendable es usarla una vez a la semana, sin embargo, si lo que necesitas es un buen tratamiento para reparar tus puntas, lo mejor es que comiences usándola cada vez que te laves el pelo y posteriormente, cuando notes la mejoría, seguir realizándolo una vez por semana.
El serum
Por último, el serum lo utilizaremos exclusivamente en las puntas. Permite reparar el cabello dañado y además evitar el encrespamiento.
Normalmente se puede aplicar tanto sobre el pelo seco como como húmedo pero siempre en una pequeña cantidad ya que sólo lo vamos a utilizar en las puntas. Nos aportará brillo y protección para uso de la plancha, rizador o secador.