No cabe duda de que la vida estética de la cantante Kelly Osbourne ha estado bien diferenciado por dos etapa indescriptibles, siendo sus inicios una proyección de su personalidad un tanto diabólica en cuanto a una belleza difícil de apreciar. Una niña llegó a la fama tras nacer en un ambiente familiar dedicado a la música y más que reconocidos en el mundo mediático, un aspecto que dio pie a los comienzos de su carrera. La metamorfosis estética que ha tenido esta joven es tan inexplicable como caótico, pues si nos remontamos al año 2002 recordamos a una Kelly Osbourne sumergida en la antiestética luminosa.
Su tez blanquecina como la nieve no combinaba en absoluto con su cabello en tono negro 'carbón', y no hablemos de sus 'make up', pues más que una rutina para embellecerse parecía haber salido de una 'clown's party' ...¡todo un espectáculo! A pesar de que su tesón por aspirar a llamar la atención la llevó por el camino inadecuado en el mundo de la belleza, Kelly Osbourne no ha dejado de triunfar, un punto que nos lleva a pensar que parte de su éxito derive en la extravagancia.
Al más puro estilo Alaska en sus peores años, Osbourne no solo se trenzaba el pelo con recogidos despeinados y alocados remontándose al más oscuro estilo de 'la movida' sino que además se decantaba por unas sombras de ojos que la transformaban en un faro reflectan capaz de ser vista a 20 kilómetros de distancia. Pero su espíritu rebelde y mujer desigual no solo se impuso ante los ojos de todos sino que además brillaba tanto que no le permitía verse con claridad en el espejo antes de salir a la calle.
A pesar de todo ello, hubo una época diferente en la vida de Kelly Osbourne, una etapa casi divina que parecía haber encaminado a la también actriz por el camino de la gloria en la belleza, pero poco duró estos años. Y es que la cantante a pesar de haber perdido peso y tras decantarse por un color de cabello de lo más normal, la tormenta volvió a caer y, con ella, la lluvia de la decoloración.
Cruella de Vil
Acontecía el año 2004 cuando Kelly Osbourne se equivocó de premiere y apareció con un total look que era ideal en 1996 con el estreno de '101 dálmatas' pero no para ir a ver al extenuante Richard Gere y una aún Jennifer López envueltos en una historia única y romántica relacionada con el mundo del baile. Su look no solo pasará a la historia por la equivocada elección de la apariencia de su cabello, un digno homenaje a la villana desquiciada más afamada de Disney, sino que su vestido con escote de barco con bordado de terciopelo confirma la ignorancia de Kelly Osbourne a la presentación cinematográfica a la que estaba acudiendo.
Un look que podría definirse como todo un cuadro, pero un cuadro no digno de admirar, pues ni su atuendo, ni peinado y, mucho menos su make up favorecía su presencia ante los fotógrafos. Todo su ser no encajaba en absoluto con la estética que se esperaba en la alfombra roja de este estreno, un evento en el que ni sus zapatos de salón tobilleros, ni su vestido con falda abombada y tul hacían justicia al ambiente romántico y delicado que se caracterizaba esta película.
Por no hablar de su corte de pelo, un peinado que, dejando a un lado las tonalidades indefinibles que eligió para avivar su cabello, no le favorecía en absoluto con su estructura de rostro. Y es que su cara se corresponde con el tipo de redonda, por lo que hay que evitar totalmente el volumen a los lados de la cara para evitar el ensanche del rostro, un dato que Kelly Osbourne pasó por alto con todas sus ganas. Y es que este error no solo lo cometió en un pasado oscuro y aterrador sino que la cantante volvió a las andanzas hace no mucho tiempo cayendo en las terribles garras de su corte bob en pico.
Flower power, marchitada
¡Qué baje Dios y lo vea! Por que en el mundo de la belleza no nos lo podemos creer, y es que a veces el pasado es mejor no revolverlo, pues abrir la caja de Pandora de los peinados más antiguos puede ser un digno sufrimiento para la vista que muy pocos están dispuesto a pasar. Sin embargo, como valientes intrépidos no solo hemos ahondado en el baúl de los recuerdos más terroríficos de Kelly Osbourne, sino que además nos hemos decantado por su look más 'Flower power', pero en el peor significado del término.
Los Premios Emmy en su edición de 2002 tuvieron la suerte, aunque más bien podría ser una desgracia, de ver aparecer a Kelly Osbourne con un total look indescriptible en toda su esencia, un extracto de lo más terrorífico de la artista británica, pues a pesar de que puede tener como excusa llevar por las venas sus aires rockeros como su padre, Kelly Osbourne no tenía argumentos sostenibles para presentarse con ese tocado.
Un peinado descuidado en el que el cabello se refleja a la perfección como si se tratara de un estropajo viejo y mal usado, pero siendo esto no suficiente para la cantante decidió darle un toque de color a su look. ¿Y qué mejor que un tocado? Pero no podía elegir un complemento discret o, que pasara desapercibido entre tanto manojo de pelo, sino que apostó por lo grande y se plantó una flor de loto como una señora, ¡sí, señor! Digno de aplauso tras atreverse a aparecer así en uno de los premios más importantes del mundo de la música.
Poseída 'make up'
No contenta con el álbum fotográfico que había conseguido con su asistencia en los anteriores mencionados, Kelly Osbourne llegó al Centro de las Artes en Nueva York en 2005 poseída por el diablo del mal gusto y la extravagancia. La joven artista no dudó en acontecer en la premiere de 'Muppetz' disfrazada de su personaje favorito, no cabe duda, 'Miss Piggy'. Aunque en contra de los argumentos que podría haber tenido Osbourne, no hacía justicia a su personaje ficticio, pues 'Miss Piggy' sabía llevar con más estilo todos sus 'vestiditos ' de la película.
La combinación de colores que llegó como luz divina a la vida de Kelly Osbourne ese día se vio atrofiado por alguna tormenta, pues cegada por la atrocidad textil que había elegido para acontecer en el estreno cinematográfico no solo no brilló ante los presentes sino que más bien los invitados debieron pensar que se trataba de el lado más diabólico de la cantante.
Al más puro estilo del manga y tendencia de las Dolly, la cantante inglesa decidió que era de lo más oportuno decorar su cabello sin definir con una diadema color cielo, que para más inri tenía un lacito ladeado, una opción que dejó 'boquiabiertos' a todos los invitados y aún a día de hoy sigue dejándonos estupefactos. Además su maquillaje no solo parecer ser un garabato de una niña de tres años, sino que las tonalidades 'fuego' sobre su tez blanquecina la transformaban en todo un títere mal elaborado.
My little Pony
Tras unos cuantos años de parón en el mundo de la belleza mal empleada, Kelly Osbourne volvió al entorno mediático reviviendo una de sus facetas más olvidadas y desagradables de su antigua estética. Después de traer a su vida los secretos de la decoloración en su cabello, la cantante se decantó por darle un aire de color bajo una lluvia de violeta degradado. Un nuevo look que no solo no le favorece en absoluto sino que ha ido de mal en peor, dejando volver al presente los fantasmas más terribles de su pasado.
Pero no solo se quedó ahí el invento, sino que puestos a arriesgar con una actitud más que intrépida Kelly Osbourne se unió al fenómeno Rihanna y Demi Lovato, rapándose un lateral de su cabellera, aunque estas celebrities podrían darle un toque femenino al peina, Kelly Osbourne hizo todo los contrario. Sumergida en un bucle sin salida, la cantante apareció en los MTV Awards en 2015 bajo una personalidad de fantasía y mal gusto, pues como si de un pony se tratara, aconteció con un peinado de lo más salvaje aunque no en el buen sentido de la palabra.
Con los años, al menos y para nuestra salud en la vista, ha aprendido a saber 'medio' manejar las 'make up rules', esas que en sus inicios no solo se las saltaba como le apetecía, sino que hacía cada pecado que debería ser considerado delito. Sin embargo, aún le queda mucho por aprender, pues en este evento se decantó por las sombras amarillo 'pollo' que combinó con un labial fucsia rojizo que no se sabe muy bien cómo, pero lo vio adecuado y exitoso para la ocasión.
Señorita Rottenmeier
Tal vez no sepamos apreciar el gusto de esta artista británica por la ficción, una pasión que no duda en llevar hacia sus outfits más 'exquisitos' en los eventos públicos, pero lo que sí es cierto es que no para de sorprender con cada indumentaria con la que aparecer en los acontecimientos más importantes de la música o del mundo del cine. Este es el caso en la fiesta ofrecida por la revista americana E!, en la que Kelly Osbourne decidió ir con un look al más puro estilo de la niñera más afamada en Suiza y los Alpes, la Señorita Rottemeier.
No sabemos sin al salir de la fiesta tenía como cometido cuidar a algún menor, pero lo que es innegable es el aspecto de institutriz que llevaba la cantante, un vestido en azul marino apagado e insulso acompañado de un escote inexistente avolantado. Para darle el toque moderno y desenfadado que mejor que unas plataformas de infarto en blanco roto, ¡No, Kelly no! Un total look que no solo se suma a la lista indefinida de 'decepciones estéticas' de la cantante sino que mostró el lado más recto de la británica.
Amante de las diademas, Osbourne n o duda en priorizar en sus peinados las cintas de pelo, un complemento que no favorece en absoluto a la también actriz, pero que ella se empeña en llevar. Todo un recorrido de belleza que atiende a un mal uso de los complementos, los atuendos y sobre todo el maquillaje, aunque hay que reconocer que en comparación con sus inicios Kelly Osbourne ha mejorado pero aún le queda mucho por aprender.