Si tienes tensión acumulada, llegas de estudiar o trabajar cansada, con estrés y ansiedad que se puede convertir en dolor de cabeza, tu rostro se va a ver igualmente cansado y apagado. Ahí va una solución fácil y eficaz: un automasaje para tonificar y relajar tu rostro, y para ayudar a oxigenar la piel para que se vea más reluciente.
Quizás al principio notes un poco de dolor, más bien presión. Lo que señala ese dolor es lo cargada que tienes la cara de la tensión. Por eso, igual que cada día debes hidratarte la piel con una crema, es importante que realices este automasaje varias veces por semana. Es decir, tienes que mantener una rutina para conseguir estimular la circulación tonificar y conseguir un rostro más joven. Al finalizar el masaje te darás cuenta realmente de todo ese estrés que tenía el rostro, y le notarás mucho más relajado.
Primero, limpia la piel y las manos
Lo primero que tienes que tener en cuenta, ya que el masaje va a ser con tus propias manos, es tenerlas bien limpias. Lávate tanto la cara como las manos para evitar cualquier tipo de infección en la piel. Por ejemplo, para la cara funcionan bien las infusiones de manzanilla o albahaca. Te ayudará a evitar grasa en la piel. Una vez hecho este paso, puedes comenzar con tu automasaje relajante.
Comenzamos con las mejillas
Las primeras veces quizás necesites ponerte delante del espejo, para ver bien por donde estás masajeando. Pero cuando tengas práctica, es mejor que te sientes y cierres los ojos, así la relajación, tanto de tu cuerpo como de tu cara, será mayor. Empezarás estirando bien la cara con la parte de la yema de los dedos, debajo de los ojos. Desde la nariz, donde colocarás los dedos, hasta el final del rostro, estira de manera suave. Después, desde la barbilla hacia afuera del rostro igualmente.
El objetivo es pasar por todas las zonas de la cara para ir estirándolas bien. También, con el dedo índice y el corazón de cada mano, situados en las mejillas, estíralas hacia arriba y hacia abajo. Este paso ayudará a luchar contra la caída de la piel. Repite todos los pasos unas cuantas veces, siempre prestando atención a hacerlo de manera suave. Este será el primer contacto con nuestro automasaje.
Segundo paso, la frente y a la mirada
Una vez relajada la parte de las mejillas, pasamos a la de la frente. Con tres dedos de cada mano, los situamos justo arriba de las cejas. Tienen que estar un poco abiertos, que haya espacio entre ellos, casi ocupando toda la frente. A continuación, con los dedos quietos, comienza a hacer círculos haciendo un poco de presión. Verás como se mueve tu frente, ayudando a relajar y a evitar esas arrugar que todas tememos que nos salgan. Realiza ese masaje durante un par de minutos.
Ahora, continúa justo al final de las cejas, en la sien, y haz el mismo paso. Siempre haciendo círculos de manera suave y despacio, a la vez ejerciendo algo de presión. Este ejercicio, al igual que el anterior, ayuda a reactivar la sangre de esa zona.
También podemos tonificar la mirada, haciendo un pequeño masaje en las cejas y los ojos. Con el dedo índice colocado sobre la ceja, estira hacia arriba, haciendo que suba la ceja y manteniendo esa posición unos segundos. Repítelo unas 5 veces en cada ceja. A continuación, pasamos a los párpados. Realiza unos pellizcos suaves, haciendo que se separen un poco del ojo. Repítelo también unas cuantas veces y reactivarás la circulación de los párpados y de tu mirada.
Volvemos a la parte de las mejillas
Una vez tonificadas todas las partes del rostro, volvemos a la parte inicial para terminar el automasaje. Vuelve al primer paso, estira la parte de las mejillas, pómulos, para terminar de tonificar. También pasa por la zona de la mandíbula y barbilla.
Por último, realiza unos cuantos y pequeños pellizcos en los pómulos y en los mofletes. De manera suave. Con el dedo índice y el pulgar. Así, terminarás de relajar toda la cara.
Para el dolor de cabeza
Para aquellas personas que sufren más dolores de cabeza, tenemos que hacer presión en la parte superior de la nariz. Con los dedos gordos, sitúalos a cada lados de la nariz, justo al lado del entrecejo. Ahora muévelos hacia las cejas, casi como si estuvieras pasando por debajo de ellas. Después, con el dedo índice y el gordo de una mano, realiza un masaje en el entrecejo, haciendo círculos y tirando de él como si le estuvieras separando de la cara. Baja por toda la nariz haciendo pequeños círculos y vuelve a la frente con el paso de los tres dedos.
Otros trucos para el masaje
Quizás no sabías que la sonrisa es uno de los ejercicios que más ayudan a relajar todos los músculos de la cara. Este ejercicio, muy sano para la salud, también lo es para nuestro rostro. Por tanto, sonríe todo lo amplio que puedas, sin forzar para no hacerte daño, y mantén esa sonrisa durante unos segundos. A continuación, relaja y repite unas 10 veces.
La mandíbula también se puede estirar y relajar. Con la boca abierta, aproximadamente unos 2 centímetros, mueve la mandíbula inferior hacia un lado y hacia el otro, lo máximo que puedas, pero como en el caso anterior, sin forzar. Mantén esa posición unos segundos y repite 10 veces. Utiliza cubitos de hielo por encima de tu cara si notas que la tienes muy hinchada. Por ejemplo, si te salen muchos granitos o espinillas, que se hinchan e inflaman, coloca hielo sobre tu rostro, siempre con el hielo tapado para no quemarte, y notarás como la circulación de la sangre fluye. Hazlo durante unos pocos segundos.
También, realizar unos pequeños golpecitos sobre el rostro ayuda a estimular la circulación. Por tanto, con las yemas de los dedos siempre, da pequeños toques sobre las mejillas, frente, debajo de los ojos y nariz, y en la barbilla. Así, los tejidos débiles y flácidos se ejercitan. Realízalo después de todo el automasaje anterior. Por último, no olvides que para mantener un rostro joven y sano, sin ojeras y arrugas, es imprescindible un buen descanso. Duerme las horas necesarias para descansar tu cuerpo y tu mente y que tu rostro lo note. La piel y la cara, son los primeros que reflejan el cansancio que tenemos acumulado. Así que ya sabes, ¡a dormir bien!
Este automasaje dura aproximadamente 10 o 15 minutos. Por tanto, es rápido y sencillo. Realizarlo varias veces por semana, unas tres, te ayudará a conseguir ese aspecto brillante del rostro tan deseado. No olvides además mantener hidratada la piel cada día para que reluzca sana y joven.