El acné es la enfermedad de la piel más común. Se calcula que 80% de todas las personas de edades comprendidas entre los 11 a 30 años tienen brotes en algún momento. El acné es más frecuente entre los adolescentes y los jóvenes, sin embargo, también se puede dar el caso de personas con acné después de los 40 y los 50 años, aunque es menos habitual. El acné se manifiesta sobre todo en la cara, pero también en otras zonas del cuerpo como cuello, espalda, pecho y hombros.
Tener granos es uno de los problemas que más preocupan a los adolescentes y a los jóvenes. Con la llegada del verano, llega también el exceso de calor, que muchas veces provoca que las pieles con acné empeoren ya que las altas temperaturas hacen aumentar la producción de sebo. También, se suda más y esto hace que se acumule una mayor cantidad de polvo y suciedad ambiental en nuestra piel. Por otro lado, la mayoría de protectores solares que utilizamos en verano tienen una consistencia bastante untuosa que favorece la aparición de grasa. Además, los cambios de dieta, el sol y el calor que trae consigo el verano pueden agravar tu condición.
A todo esto tenemos que sumarle que muchas veces, cometemos el error de olvidarnos de nuestra piel con la llegada de las vacaciones, y dejamos de prestarle atención al cuidado de nuestra cara y nuestro cuerpo. Por eso, lo más importante es que no descuides tu piel y sigas una serie de buenos hábitos de cuidados para esta época del año. También es recomendable que siempre tengamos en cuenta los consejos de nuestro dermatólogo de cabecera.
¿Es bueno tomar el sol si tienes acné?
Durante el verano, es muy común escuchar aquello de que si tomas el sol el acné mejora. Algunos estudios demuestran que un 70% de las personas que toman el sol y padecen acné mejoran notablemente con la acción del sol, especialmente los granitos del cuerpo. Sin embargo esto no es siempre así, ya que la mayoría de las veces solo se trata de una mejora temporal y con el cambio de estación, llega el efecto rebote y el empeoramiento del acné. Uno de los motivos principales es que al notar esta mejoría, las personas que sufren acné tienden a dejar a un lado su rutina de cuidado y eso es un gran error.
Eso sí, si vas a tomar el sol, recuerda siempre hacerlo con precaución, evitando las horas de mayor intensidad, desde las 10 hasta las 16 horas, y siempre con protección. Lo ideal para proteger tu rostro con acné es que escojas un protector de textura fluida o acuosa, oil-free y no comedogénica con un índice de protección elevado. ¡Evita quemarte! La piel quemada y deshidratada estimula la producción de sebo y por consiguiente un empeoramiento del acné de la cara o el cuerpo.
La importancia de una buena higiene facial
Sea cual sea tu tipo de piel, una buena higiene facial es fundamental para eliminar las impurezas del rostro. Es muy importante mantener una buena rutina de higiene facial durante el verano para controlar el acné. Lo ideal para una buena higiene facial de un rostro con acné es limpiar tu piel dos veces al día, mañana y noche, utilizando productos específicos para pieles grasas. Una vez a la semana aplica una mascarilla astringente para rebajar el exceso de grasa producido por el calor y purificar tu piel.
Hidrata tu piel
Las pieles grasas y con acné también se deshidratan, por eso es muy mantener unos niveles óptimos de hidratación. Recuerda utilizar productos ligeros, de textura fluida o acuosa, oil-free y no comedogénicos, que son los menos propensos a causar puntos negros y espinillas. Los productos que no tengan estas características y sean excesivamente hidratantes tienden a bloquear los poros, lo que conlleva a un empeoramiento del acné del rostro. Y sobre todo, y más en verano, no te olvides de beber mucha agua para mantener la hidratación.
¡No te toques los granos!
Las personas con acné son propensas a tocarse los granos constantemente. Sin embargo, la manipulación de las lesiones de acné favorecen la sobreinfección y aumentan la respuesta inflamatoria. Olvídate de manipular los granos, solo conseguirás que se expandan y que te aparezcan cicatrices de lo más antiestéticas.
Medicamentos para el acné
Si estás tomando algún tipo de medicación para combatir el acné debes hablar con tu dermatólogo para asegurarte de que no producen ningún tipo de hipersensibilidad al sol y los puedes seguir utilizando durante el verano. Algunos de los medicamentes utilizados para combatir el acné se asocian con una mayor sensibilidad al sol, ya que contienen ácidos que pueden resultar fotosensibles, lo que conlleva a la aparición de manchas en tu piel. Por eso, es de vital importancia que consultes a tu dermatólogo por si fuera conveniente ajustar la medicación en la temporada estival.
Evita el tabaco
El tabaco no es solo una sustancia perjudicial para tus pulmones y tu corazón, sino también para tu piel. El tabaco es un factor que aumenta el riesgo de padecer acné y lo empeora considerablemente. Además de ser muy perjudicial para la salud, las sustancias tóxicas que desprende el humo ensucian la piel y obstruyen los poros empeorando aún más la situación del acné de la cara provocada por el exceso de calor.
Alimentación adecuada
Existe la falsa creencia de que como la comida que ingerimos en verano es más 'refrescante' puede disminuir el acné. Esto se debe a que muchas personas creen que ciertos alimentos como el chocolate, las patatas fritas o algunos embutidos, entro otros, causan acné. Hasta ahora no se ha demostrado que haya ningún tipo de alimento que empeore la piel con acné. Así que se puede decir que el acné no deriva de mantener un determinado tipo de hábito alimenticio. Eso sí, aunque sea verano y te des algún caprichito, no te olvides que mantener una dieta variada y equilibrada es fundamental.