Los granos ya no son solo cosa de adolescentes, ahora todo el mundo puede padecer un acné fuerte con los años. Esto es a causa de los productos alimenticios que consumimos habitualmente y que son perjudiciales para nuestra salud, el estrés de la vida laboral y estudiantil, los cambios bruscos de temperatura por los aires acondicionados y las calefacciones, así como la contaminación del aire o la vida sedentaria. Todo ello influye en nuestro aspecto, porque no solo nos afecta por dentro sino también por fuera.
El acné son manchas o imperfecciones que aparecen en el rostro a través de granos que, con su tonalidad rojiza, hacen que nuestra piel parezca mal cuidada o algo enferma. Para ello es importante tratarla, así nos evitaremos molestias, tanto de salud como estéticas, y prevendremos la posible salida de manchas futuras.
El maquillaje puede ayudarnos a disimular este incómodo acné, aunque lo recomendable es seguir un tratamiento específico recetado por un dermatólogo y evitar tapar mucho el rostro con maquillaje o cremas demasiado duras. Aunque no siempre es posible, ya que se nos exige una presencia estética a la hora de trabajar o acudir a algún sitio.
Pasos previos al maquillaje
Antes de comenzar incluso a maquillar, lo primero que debemos hacer es evitar a toda costa tocar los granos o explotarlos. Así como las espinillas o los puntos negros que puedan aparecer en nuestro cutis. Al tocarlos estamos marcando las imperfecciones de nuestro rostro, y con ello hacemos que luego se note todavía más por mucho maquillaje que nos pongamos.
Cremas específicas para el acné
También debemos tener conciencia de nuestro acné. No solo debemos tratar los granos con cremas específicas para combatir estas imperfecciones, sino que es muy importante lavar la cara con agua al aplicar el maquillaje, tanto antes para limpiar como después para desmaquillar. También la hidratación del rostro antes de poner ninguna base es calve para que fije bien y no se noten los granos.
Limpiadores y exfoliantes específicos
Utilizar limpiadores o exfoliantes específicos son dos de las claves que una piel con acné necesita de manera diaria. Así nos aseguramos de que los granos no aparecen con tanta asiduidad y que podemos incluso eliminarlos por completo. Estos pasos son buenos realizarlos tanto para los afectados por el acné como los que no tienen.
Maquillaje infalible
Las prebases son un cosmético poco conocido o que no todo el mundo usa. Está claro que hay pieles a las que no les es necesario su empleo, y mucho menos de manera diaria. Pero este tipo de crema específica para el maquillaje es ideal para las pieles que padecen acné, ya que ayudan a suavizar la tez y hacen que el maquillaje se fije después durante más tiempo. Además, evita que el maquillaje directo sobre la piel afecte de manera negativa a la piel.
Una vez aplicado este primer producto, el siguiente es de obligado uso para esconder los granos. El corrector debe ser siempre del mismo tono que la piel : no es como una base, por lo que se debe evitar coger un tono más para dar color, ya que lo que buscamos es disimular y unificar el color. Este se puede aplicar tanto antes como después de la base particular, aunque se recomienda que sea antes cuando se trata de una solución líquida de la siguiente fase.
La magia del corrector
Aplicándonos el corrector con una brocha específica para el uso, daremos pequeños toques e intentaremos unificar la imperfección con el cutis normal. Se aplica directamente sobre el grano, así que es bueno hacerlo de uno en uno si son aislados o sobre la mancha de acné si son minúsculos y están agrupados.
Existen diversos productos que son específicos para estos casos. Entre ellos destaca el llamado corrector camuflaje, que debe su nombre al color verde que adquiere y a que su función es la de 'camuflar' los granos. Aunque pueda parecer raro, lo cierto es que la tonalidad verdosa hace que se contrarreste la rojez del acné, permitiendo así que la base que utilicemos habitualmente consiga mantenerse uniforme por toda la cara.
Atención con la cantidad que utilizamos. Los correctores tienden a manchar mucho, ya que su función es restar color a los granos y dar una sensación de uniformidad a todo el rostro. Por lo tanto, no debemos sobrepasarnos con el material, sino que con una gota muchas veces basta. Luego será solo cuestión de expandir bien el corrector y disimularlo.
La base de tu maquillaje
La base de maquillaje que utilicemos a continuación es recomendable que sea de una textura líquida, que no retenga grasas ni líquidos en la piel. Estas soluciones son más dañinas para las pieles con problemas de acné. Aunque no todo se queda ahí, sino que el truco también está en saber utilizar los polvos de sol o los polvos compactos para disimular las imperfecciones y que no parezca que vamos maquilladas. Recordando siempre, además, formar el tres en ambos perfiles y pintar solo las zonas estratégicas.
También debes seguir el siguiente consejo de maquillaje: marca los ojos o los labios, uno de los dos. De esta manera evitaremos que las zonas afectadas por el acné destaquen más y daremos importancia a una de las dos zonas.
Después del maquillaje
Es importante lavar bien las brochas después de cada utilidad, para así evitar que vuelvan a aparecer bacterias o imperfecciones en zonas limpias cuando volvamos a usarlas. Además, tu maquillaje es tuyo, así como los utensilios que emplees para ello: por lo que evitas transmisiones de bacterias a tu piel de otras personas y viceversa.
Para acabar el día, hay que limpiar bien la piel -desmaquillar, tratar, exfoliar e hidratar- por la noche antes de acostarnos o cuando ya no sea necesario llevar el maquillaje. Evitaremos que salgan granos de nuevo con frecuencia y ayudaremos a que nuestra piel respire durante unas horas.
Es importante no mezclar las cremas hidrantes como si fueran específicas para el acné. Estas últimas son más fuertes y tienden a secar la piel para que los granitos desaparezcan, por lo que hay que usarlas antes de acostarnos, para que no reseque la tez antes de aplicar ningún producto de belleza y haga de tu cutis una base inestable a la hora de maquillarnos.