El herpes es una enfermedad de la piel producida por el VHS (virus del herpes simple) que se manifiesta como un conjunto de pequeñas ampollas que al explotar pasan a formar una costra. Pueden aparecer tanto en la cara como en los genitales aunque el primer caso es el más habitual.
Esta infección viene marcada por una serie de virus que se mantienen latentes en las células nerviosas. Tanto el herpes de la cara como el de los genitales son muy contagiosos y se pueden transmitir antes de que se presenten los primeros síntomas de la enfermedad.
El herpes de la cara es conocido dentro del mundo de la medicina como HSV-1 mientras que el genital es el HSV-2. Por lo general, el primer contagio de herpes facial se produce durante los cinco primeros años de vida debido al contacto directo con gran cantidad de personas en forma de besos o abrazos.
El HSV-1 suele venir acompañado de una inflamación de la mucosa y de las encías. Lo más habitual es que el herpes en la cara aparezca en niños y adolescentes. A medida que se van cumpliendo años, el organismo genera anticuerpos que reducen las opciones de tenerlo.
Causas de la aparición del herpes
Contacto directo
La principal causas del herpes facial es, por supuesto, el contacto directo con otra persona que esté contagiada pero, normalmente, esta situación viene acompañada de otras que ayudan a que el herpes se manifieste en el organismo.
Estrés
Uno de los principales motivos por los que puede aparecer el herpes en la cara es el estrés. Si la persona que acaba de ser contagiada pasa por un momento de tensión es más probable que prospere la infección vírica. Estas situaciones provocan una bajada de las defensas que facilitan la aparición de infecciones y enfermedades. El estrés es algo habitual en prácticamente todas las personas y se puede presentar de dos formas: estrés agudo (desaparece rápidamente porque se produce a corto plazo) y estrés crónico (durante un periodo de tiempo prolongado y viene marcado por problemas de dinero, problemas en el trabajo o problemas en el matrimonio).
Exposición solar
La exposición solar es otra de las causas principales para la aparición del herpes. En verano, cuando mejor temperatura hace, muchas personas tienden a estar horas y horas cada día bajo los rayos del sol perjudicando su salud. Además del herpes pueden aparecer otras enfermedades como cáncer de piel, quemaduras, alergia solar, fotodermatosis, fotoinmunosupresión, queratosis solar o golpe de calor, entre otros.
Temperatura
La temperatura alta también puede dar lugar al herpes. Tras superar enfermedades como la gripe, en la que se suele tener fiebre durante varios días y con temperaturas mínimas de 38,5-39 grados, se incrementa el riesgo para que el herpes aparezca. La fiebre, además del aumento de la temperatura corporal, viene acompañada de un aumento del ritmo cardiaco y respiratorio.
En el caso de las mujeres, menstruación
En los periodos de menstruación aumentan las opciones de padecer herpes. Los cambios hormonales que se producen en el cuerpo de las mujeres durante estos días del mes facilitan que el herpes facial aparezca. No se pueden controlar estos cambios durante la menstruación pero si se puede saber cuando se van a producir por lo que se recomienda prestar especial atención para anticiparse a la infección y combatirla en cuanto aparezcan los primeros síntomas.
Traumatismos
Otra de las causas son los traumatismos, que pueden dar lugar a la aparición del herpes en la zona en la que se ha producido el golpe. Si se ha producido un traumatismo hay que extremar las precauciones para que virus no se haga dueño de esa zona y el herpes haga su aparición. En este caso, al producirse el golpe es bueno estar pendientes y prestar atención a la posible aparición de los primeros síntomas para combatirlo desde el primer momento y que sea más sencillo cortar la infección.
Medicamentos
El uso de cierto tipo de medicamentos que modifican los niveles de defensas también facilitan el herpes en la cara. Suele ser medicación fuerte como los corticoides, que a la vez que ayudan a curar una enfermedad dejan abierta otra puerta para la aparición de infecciones como el herpes. Los corticoides son un tipo de las hormonas más conocidas como esteroides que se usan por su efecto antiinflamatorio e inmunosupresor para tratar enfermedades oftalmológicas, respiratorias, etc.
Tabaco y alcohol
Otra de las causas es la adicción al tabaco o a las bebidas que contienen alcohol. Asimismo, las personas que padecen enfermedades respiratorias agudas frecuentes también se encuentran entre las que más probabilidades tienen de tener el herpes en la cara.
Fases del herpes facial
Primera etapa del herpes
Desde que una persona se contagia hasta que se elimina la enfermedad se pasa por cuatro etapas. La primera de ellas es una especie de hormigueo en la zona de la cara en la que va a aparecer el herpes. Esta fase, en la mayoría de los casos, no despierta ninguna alerta en la persona que lo padece y no se suelen tomar medidas al respecto salvo que ya haya pasado varias veces por este proceso y conozca los síntomas.
Segunda etapa del herpes
La segunda etapa comienza con una inflamación de la zona afectada que viene acompañada de un enrojecimiento y de la aparición de las primeras ampollas. En esta fase ya comienza a aparecer el herpes y el lugar en el que aparece se vuelve más sensible, generando molestia o dolor.
Tercera etapa del herpes
Posteriormente, las ampollas que aparecieron en la segunda etapa revientan y produce una serie de llagas cargadas de agua que incrementan la molestia y el dolor en la persona que lo padece. El herpes ya es totalmente visible y solo queda intentar que se seque lo antes posible para que desaparezca.
Cuarta etapa del herpes
La cuarta fase y definitiva es cuando se seca la llaga y se crea una costra que no suele ser fácil de cuidar ya que la cara es un lugar de mucho movimiento y puede llevar varios días que la costra se caiga. Cuando esto ocurre, no queda ninguna muestra de que allí ha habido un herpes.
El herpes en la cara se puede tratar aunque en muchos casos los afectados no acuden al médico y dejan que se cure solo. El tratamiento más habitual para esta infección es la de un fármaco antiviral que puede ser en pastillas o crema para evitar que el herpes se multiplique y se extienda por otras zonas de la cara o que crezca el ya existente.