Las temidas arrugas de expresión son una consecuencia inevitable del paso del tiempo. Nuestra piel, en concreto la de nuestra cara, se expone a diario a situaciones medioambientales que la dañan y estropean continuamente y como nuestro rostro está siempre descubierto, se convierte en la parte del cuerpo que más sufre y se deteriora por culpa de agentes externos.
Además, como bien indica su nombre, las arrugas de expresión son las causadas por la repetición de expresiones que reflejamos habitualmente enmarcadas en nuestra cara. Si a esto se le suma que, con el paso de los años, perdemos la tensión de nuestra piel, al reiterar una misma mueca, la acumulación de gestos durante años se va plasmando e intensificando en arrugas. De entre todas ellas las primeras que aparecen y que más llaman la atención son las patas de gallo.
¿Por qué aparecen las patas de gallo?
'Patas de gallo' es el nombre específico que se otorga a las arrugas que se generan en los laterales externos e inferiores de los ojos de las personas. A estas marcas de expresión de fina anchura e inclinación horizontal, se le han establecido este identificado nombre por la semejanza que comparten con las patas de los gallos.
- Estas marcas aparecen principalmente para la misma protección de nuestros ojos, pues además del continuo movimiento que condiciona nuestros párpados para cubrirlos, el cuerpo ante situaciones adversas reacciona también contrayendo involuntariamente los músculos que rodean nuestra visión.
- A esta causa de aparición de las patas de gallo se le suma el riesgo que supone la reiterada exposición a la luz solar, los famosos rayos ultra violetas, los cuales resecan la piel y eliminan el colágeno, la elastina y demás proteínas características del cutis.
- También con el paso del tiempo la piel pierde su propia capacidad para producir humedad y la misma grasa y aceite que antes hidrataban de forma excesiva proporcionando acné desaparecen resecando aún más la cara.
- Los malos hábitos que acompañan a algunas personas como son la falta de sueño, una errónea alimentación y el vicio de fumar, contribuyen también a que se agraven todos estos factores y a que nuestras patas de gallo aparezcan de forma prematura y perenne empeorando la estética facial.
- Asimismo, el mero hecho de reír, llorar, restregarse los ojos, fruncir el ceño y demás expresiones que reflejan nuestros estados de ánimo son demás vitales factores que remarcan nuestras arrugas.
¿Cuándo aparecen las patas de gallo?
Como vemos, parece inevitable que las patas de gallo no aparezcan tarde o temprano en nuestra cara por ser el resultado de costumbres que nos acompañan a diario. Es por esto que la relación de estos problemas de estética con la edad es nula, pues cuando nuestra piel es tersa y sana ya empiezan a salir estas marcas.
Hay personas a las que les llega el momento a los 30 años, a los 25, a los 20... Como no existe una edad establecida para su comienzo, la mejor opción es saber cómo prevenir de forma simple su aparición teniendo en cuenta los diferentes factores que las provocan.
Cómo prevenir las marcas de expresión
- La mejor opción para evitar que las arrugas marquen nuestra cara es la de cuidar nuestra piel. Para ello la hidratación con cremas tanto de día como de noche es esencial en nuestros rituales de belleza. Además de esto es mejor procurar aplicar cremas con protección solar antes de salir a la calle, de esta forma estaremos siempre protegidos de las dañinas repercusiones que supone la exposición solar.
- Otro remedio que también ayuda, para evitar contraer los músculos de alrededor de los ojos, llevar en el bolso el complemento idóneo que te protegerá de los rayos ultra violetas : las gafas de sol. Es recomendable que te las pongas antes de salir a espacios abiertos, ya que el contacto repentino con el sol después de haber estado en sitios más oscuros provocan que el impacto contraiga tus músculos más bruscamente.
- Además de esto, tanto fumar como exponerse al mismo humo es perjudicial para la piel. El mismo acto de inhalar el humo del tabaco pone en funcionamiento a muchos músculos. Como podremos visualizar normalmente, los fumadores al expulsar el humo achinan los ojos para que este no les moleste, provocando para ellos y para los de su alrededor, una reacción adversa que ejercita los músculos de la cara. La adicción a fumar facilita también la aparición de arrugas por ralentizar el flujo de sangre en el cuerpo y con ello el de nuestro cutis.
Remedios contra las patas de gallo
Vitaminas e hidratación
Los trucos caseros que se aconsejan a la hora de reducir estas arrugas van relacionados más con el cuidado de la piel de forma interior que exterior. Como remedio, hay que incrementar el consumo de alimentos que contengan la vitamina C y E, pues son los agentes que reparan la piel. La vitamina A también ayuda ya que es la que se encarga de mantener sana la piel también, y por último el consumo de Omega 3 proporciona grasas naturales que la nutren y también la hidratan.
Otro remedio que aporta múltiples beneficios es la aconsejada costumbre de beber como mínimo 2 litros de agua al día. También existen multitudes de trucos caseros como son mascarillas naturales que se pueden hacer en casa.
Cirugía estética
Si no estuvieses de acuerdo con los resultados de la aplicación de estos remedios o prefieres borrar las patas de gallo más rápidamente la cirugía estética dispone de distintos y nuevos remedios para eliminarlas.
El bótox es el tratamiento más reciente. Este remedio se inyecta para paralizar las contracciones de los músculos, lo cual si se aplica adecuadamente en el alrededor de los ojos provocará que las arrugas se reduzcan hasta su desaparición. Si la arruga fuese demasiado profunda, existe también un tratamiento complementario llamado 'filler' que consiste en el relleno de las marcas de expresión.
El láser, si es de mayor profundidad para que llegue a las profundidades de la arruga, también es otro de los remedios de cirugía que garantizan buenos resultados. Hay también tratamientos complementarios que estimulan la creación de colágeno y vitaminas que mejoran el aspecto de las patas de gallo aplicables al cutis.