Siempre y cuando sean de calidad, las pestañas postizas consiguen muchas cosas buenas. Entre ellas destaca el maquillaje, que se atreve a ser más llamativo y conseguido. Aunque siempre hay desventajas en cada producto de belleza, por lo que estas no iban a ser menos.
Ventajas de utilizar pestañas postizas
Aunque puedan parecer incómodas, lo cierto es que las pestañas postizas se acaban convirtiendo en un accesorio de belleza indoloro y práctico. La molestia de llevar algo pegado al ojo solo dura unos minutos, los necesarios para acostumbrarte a su peso extra en los párpados.
- Con ellas puedes ayudar a tu propia autoestima, ya que agranda tus ojos y da un aspecto más fresco. Colocándote unas pestañas postizas mejorarás tu imagen y con ella tu propia percepción del físico, ya que te verás mejor y acabará notándose esa comodidad en ti misma.
- Además, los ojos consiguen ser el cetro de atención de tu rostro, ya que se hacen más grandes con una mirada más limpia y clara, y da más atrevimiento a tu maquillaje aunque este sea natural.
- También consigues rellenar esos huecos donde hay escasez de tus propias pestañas naturales, así como dar más volumen y longitud.
- Entre sus ventajas también podemos destacar el pegamento, que en todo caso hablamos de los materiales debidamente homologados. Este ayuda a hidratar tus propias pestañas, dando brillo y fuerza con cada uso moderado.
Tipo de pestañas postizas
De entre todas las marcas, gamas y colores, la diferencia principal se encuentra en el tipo de pelo, que puede ser natural o artificial. También el precio determinará la conveniencia de cada producto. Te recomendamos que empieces por las artificiales, ya que son más baratas y fáciles de conseguir, así puedes descartar la idea de utilizar pestañas postizas si las pruebas y ves que no van contigo.
A partir del tipo de material del que están hechas, también existen distinciones entre sus formas y manera de aplicarlas:
- Las enteras son las más comunes. Estas vienen en tiras y se pueden recortar según el tamaño de pestañas que quieras tener. Al principio suelen ser complicadas de poner, pero con el tiempo se convertirán en las más prácticas y cómodas.
- Parecidas a estas están las pestañas de esquina. Estas son las que se deben pegar desde el interior del ojo, cerca del lagrimal, hacia el exterior. Son también cómodas, aunque el efecto tienen un aspecto de pestañas más postizas, por lo que se utilizan como un añadido de grosor.
- Las individuales son el tercer tipo con el que nos encontramos. Estos son pequeños grupos de pestañas que iremos colocando nosotros mismos con ayuda del pegamento y unas pinzas para cejas. Se van distribuyendo según los gustos de cada uno o la forma del ojo, es decir, que podemos poner solo un par en aquellas zonas donde veamos que tenemos un déficit de pestañas naturales, para dar mayor volumen y naturalidad.
- Por último, no nos podíamos dejar en el tintero a las pestañas postizas de fantasía. Estas son más para llamar la atención en fiestas o para los maquillajes profesionales. No suelen utilizarse de manera diaria, aunque cada uno puede ponerse lo que quiera.
Cómo colocar las pestañas postizas
- Primeramente se debe limpiar el ojo con un producto desmaquillante que no afecte o que pueda escocer. Siempre hay que realizar este paso aunque no nos hayamos maquillado anteriormente, ya que también sirve para eliminar las partículas que se pegan a nuestra piel con el propio aire.
- Las pestañas postizas también tienen que estar perfectamente libres de impurezas, como de pegamento o maquillaje de puestas anteriores, polvo por una mala hermetización de la caja o por el exceso de los materiales de la propia pestaña. Lo mejor es asegurarse limpiándolas, por lo menos, en su base con un papel limpio y seco, ya que esta la que entrará en contacto directo con nuestro párpado.
- A continuación, se aplica el pegamento correspondiente según las normas del fabricante. Lo habitual es extender una gota a lo largo de toda la base de las pestañas postizas. Eso sí, asegúrate de que el pegamento es de calidad para que no llegue a dañar tu ojo con posibles infecciones o reacciones alérgicas.
- Con ayuda de unas pinzas para cejas colocaremos con los dedos y con mucho cuidado las pestañas sobre la base de las nuestras propias, intentando que queden lo más pegadas a la línea del párpado. Así el efecto final será más natural y no se notará tanto la diferencia entre las verdaderas y las postizas.
- Presiona un poco durante unos diez segundos para asegurarnos de que el pegamento se ha cogido correctamente a nuestro párpado. Deja secar con el ojo entreabierto o cerrado durante unos segundos más y ya las tendrás listas.
- Después solo hay que delinear mediante una raya muy fina con lápiz de ojo negro sobre las pestañas, de manera que quede todo bien disimulado.
- Luego puedes aplicar el rizador de pestañas sobre ambas para que se entremezclen y no queden dos líneas de pestañas distintas y, finalmente, la máscara que utilices de manera habitual.
Cómo retirar las pestañas postizas
A la hora de quitarlas habrá que coger uno de los extremos pegados e ir tirando poco a poco, para que no pegue un tirón fuerte y nos hagamos daño. Una vez las hayamos retirado del párpado, con ayuda de una toallita o un algodón humedecido desmaquillantes, iremos retirando sin frotar demasiado los restos de maquillaje y pegamento que se hayan quedado en el ojo.
Posibles desventajas de las pestañas postizas
Una de las más comunes entre todas las desventajas es que puede crear reacciones alérgicas o incomodidad. Lo primero se arregla probando distintos materiales o pegamentos, ya que el problema puede estar en este último producto. El segundo problema se resuelve a base de costumbre, ya que al principio notarás algo adicional a tu párpado, aunque después no te acordarás de que lo llevas.
Asimismo, no es bueno utilizarlas de manera diaria durante muchas horas seguidas o sin desmaquillarnos convenientemente tras su uso. En caso de no seguir las recomendaciones de uso correctamente o no eliminar los restos bien, podríamos tener una conjuntivitis aguda, problemas de alergia oculares o la formación de orzuelos.