Con la llegada del calor, el aire acondicionado se encuentra entre unas de las alternativas a la que más recurrimos para combatirlo, pero hay que tener en cuenta los grandes contrastes de temperatura que sufrimos durante la temporada de verano. Nuestro cuerpo tiene que aguantar las altas temperaturas de la calle y el frío provocado por el aire acondicionado que se encuentra en el interior de los edificios.
Aunque pensemos que este frío artificial puede ser nuestro mejor aliado para los cálidos días de verano, lo cierto es que no es así, ya que la exposición continuada al aire acondicionado altera el manto hidrolípido de la piel, la capa que nos protege de los agentes externos.
Muchas personas desconocen los numerosos riesgos que existen para la piel debido a la exposición continuada al aire acondicionado. Siempre que la temperatura ambiente desciende, el organismo del ser humano busca equilibrarla con la temperatura corporal, esto ocasiona la pérdida de líquidos lo que puede llevar a la deshidratación de nuestra piel, por lo que es recomendable beber siempre mucha agua. Mantener una buena alimentación también te servirá para poder lidiar contra los efectos adversos del aire acondicionado. Por ello, a lo largo del artículo te explicaremos los aspectos negativos del aire frío artificial y los consejos para combatir la sequedad de nuestra piel.
¿Cuáles son las personas más propensas?
Hay personas a las que el aire acondicionado afecta en mayor medida que a otras. Y las que son más propensas a padecer los efectos negativos del aire acondicionado son las que tienen la piel seca, e incluso, las personas delgadas, o las que tienen la piel con tendencia grasa pueden notar sus efectos.
El problema de la sequedad de la piel provocado por el aire acondionado viene determinado cuando el PH que compone nuestra piel, que normalmente se encuentra en estado ácido, se transforma en alcalino, debido a la sequedad. Pero además de provocar que nuestra piel se reseque, también se produce una bajada de defensas.
¿Cómo protegernos?
Para poder mantener nuestra piel debidamente hidratada y protegida ante los fenómenos externos que quieren alterarla, debemos identificar cuál es nuestro tipo de piel. De este modo podremos comprar los productos adecuados como lociones y leches limpiadoras para que esta se encuentre fresca.
Una vez que ya sepamos si nuestra piel es seca o grasa, o en su defecto una combinación de ambas, podremos saber cuál es el mejor producto que podemos utilizar. Si tu piel es grasa, nuestro consejo es que trates de evitar cremas que contengan aceites o sustancias que puedan obstruir los poros. Si por el contrario la tienes seca, las cremas hidratantes que utilices no deben contener alcohol, pero sí es muy importante que tengan agua, aceites y vaselina.
Otro factor que se debe de tener en cuenta es el maquillaje, y es que en numerosas ocasiones este reseca nuestra piel, por ello, deberemos hacer una inversión en un maquillaje de mejor calidad si queremos que nuestra piel no sufra los efectos dañinos del aire acondicionado. Si tu ambiente de trabajo ya es seco de por sí, intenta no utilizar labiales mate que siempre resecan más los labios. Trata de evitar la base de maquillaje, ya que siempre tapan los poros e impiden que la piel transpire.
Consejos
Una solución que nunca falla es mantener nuestra piel hidratada y es que una buena crema hidratante puede tratarse del mejor remedio contra la sequedad provocada por el frío del aire acondicionado. Para ello debemos lavar bien nuestra cara y secarla, pero siempre suavemente sin restregarnos la toalla por todo el rostro.
Además de los producto que aplicamos, también es muy importante los que consumimos, y es primordial que tengas en cuenta que el agua siempre tiene que ser tu compañero de vida, y es que por muy tópico que parezca tienes que beber 2 litros de agua al día. Es importante beber agua, aunque no se tenga sed. También es importante la alimentación. Consumir frutas y verduras te ayudará gracias a sus sustancias antioxidantes que evitan el envejecimiento prematuro. Es muy importante la higiene de nuestras manos, ya que estas son las que más en contacto están, tanto con diversos objetos como con nuestra cara, por ello deberemos mantener nuestras manos bien limpias. Y siempre evitando los jabones que contengan cualquier tipo de perfume, es mejor optar por jabones que tengan ácido láctico, pues esta sustancia aporta brillo y mucha suavidad a la piel.
Efectos negativos para la salud
Además de provocar múltiples complicaciones respiratorias, también afecta a otras partes de nuestro cuerpo como, por ejemplo, la espalda, además de la cara como ya anteriormente hemos comentado. Y es que la exposición continuada al aire frío artificial puede desembocar en lumbalgias. Por eso es importante no dormir con aire acondicionado y mantener nuestra habitación siempre a una temperatura ambiente de 25 grados para poder evitar ciertas dolencias.