Hinchazón en las piernas, pesadez, cansancio, calambres... Si sufres estos síntomas, puede que se deba a la retención de líquidos. El linfedema es una acumulación de líquido en los tejidos blandos debido a que el sistema linfático no consigue eliminar todo el líquido y las toxinas que necesita. No se trata de una enfermedad, pero sí puede deberse a una dolencia. Hipertensión, cardiopatías e incluso un mal funcionamiento de los riñones pueden estar detrás del linfedema. Por eso es importante que siempre consultes a tu médico cuando notes que tu cuerpo retiene demasiado líquido.
Sin embargo, no solo factores orgánicos pueden provocar retención de líquidos. Una vida demasiado sedentaria y una dieta desequilibrada pueden estar detrás de esa hinchazón tan molesta. Asimismo, el síndrome premenstrual, la menopausia y el embarazo también pueden afectar a la hora de padecerla.
¿Por qué se produce la retención de líquidos?
Retener líquidos y el aumento de peso e hinchazón que implica puede producirse por diversos factores. Entre los motivos de este trastorno se encuentran tanto causas orgánicas como factores externos:
- Trastornos hepáticos, cardíacos o renales pueden estar detrás de la retención de líquidos. En estos casos es importante consultar con el especialista para evitar problemas mayores.
- Los trastornos hormonales producidos por el embarazo, la menopausia y el síndrome premenstrual también pueden provocar retención de líquidos. Más de la mitad de las mujeres retienen líquidos durante el periodo de gestación, especialmente durante el tercer trimestre. El linfedema se manifiesta en estos casos con hinchazón en tobillos y pies. En la menopausia, por su parte, las mujeres son más propensas a retener líquidos debido a la ausencia de producción de estrógenos. Esta carencia tiene incidencia directa en la aparición del linfedema. Estos factores hormonales hacen que retener líquidos afecte en mayor medida a las mujeres que a los hombres. Del mismo modo, las mujeres con sobrepeso son más propensas a sufrir retención de líquidos.
- Entre los factores no orgánicos que pueden provocar retención de líquidos se encuentra una mala alimentación. El exceso de sal en las comidas y el abuso del alcohol son los mejores aliados de este trastorno. Una vida sedentaria, la utilización de ropa demasiado ajustada y la ingesta de algunos medicamentos -como anticonceptivos orales y corticoides- también contribuyen a retener líquidos.
Consejos para evitar la retención de líquidos
Las molestias provocadas por la retención de líquidos llegan acompañadas, en muchas ocasiones, por la antiestética celulitis. Evitar el linfedema está en tus manos, simplemente debes seguir una alimentación equilibrada y poner en práctica hábitos de vida saludables. Para ello existen algunos trucos que pueden evitar la retención de líquidos y librarte de las incomodidades que conlleva.
Bebe mucha agua
Puede parecer contradictorio pero no lo es. Ayudará a tu cuerpo a depurarse y eliminar toxinas con mayor facilidad. Los especialistas aconsejan beber dos litros de agua al día, preferiblemente fuera de las comidas.
Terapias térmicas
El agua es tu mejor arma para combatir la retención de líquidos. No solo su ingesta te beneficiará, sino también la natación. Nada, sumerge las piernas en agua y date baños templados. Evita el agua demasiado caliente, puede resultar contraproducente. Si tu presupuesto te lo permite, las terapias de hidromasaje te resultarán de gran utilidad. Nada mejor que darse un capricho que beneficie tu salud.
Haz ejercicio
Practica deporte de forma regular, bastará con salir a caminar a diario. Si tu trabajo te obliga a pasar muchas horas sentada o de pie, procura mover las articulaciones varias veces al día. Aprovecha los periodos de descanso para levantar las piernas y mejorar tu circulación.
Descanso y vestuario
Olvídate de la ropa demasiado ajustada, solo empeorará la hinchazón. Utiliza ropa cómoda y que facilite la circulación. Intenta descansar ocho horas diarias. Dormir bien no solo te ayudará a prevenir la retención de líquidos, sino que resultará beneficioso para tu organismo a todos los niveles.
Di adiós a la sal
El sodio es tu peor enemigo si quieres librarte de la retención de líquidos. La ingesta de productos salados obliga a trabajar en exceso a los riñones y puede desembocar en esa desagradable hinchazón que intentas evitar. Reduce el consumo de sal en las comidas y evita los embutidos, frutos secos y las conservas. No temas que tus platos queden insípidos sin sal. ¿El truco? Sustitúyela por limón, vinagre o especias aromáticas.
Introduce el potasio en tu dieta
La inclusión de alimentos ricos en potasio ayudará a contrarrestar el exceso de sodio en tu organismo. La verdura y la fruta -en especial el plátano- están cargados de este mineral que tan beneficioso resultará para tu salud. Los vegetales y frutas con propiedades diuréticas como la piña, el pepino y los espárragos; también deberán formar parte habitual de tu alimentación.
Té e infusiones, tu nuevo aperitivo
Reemplaza los snacks por el consumo de infusiones en ayunas. El té de jengibre y el té verde te ayudarán a depurar tu organismo. Si lo prefieres, puedes optar por infusiones de plantas naturales. Te recomendamos optar por la salvia o el perejil.
La puesta en práctica de todos estos consejos te ayudará a prevenir la retención de líquidos. También puedes recurrir a tratamientos como la radiofrecuencia, la ultracavitación y el drenaje linfático para decir adiós a la hinchazón. No dudes en consultar a tu médico si el problema persiste o crees que puede deberse a un problema de salud mayor.