Hay personas que piensan que limarse las uñas es simplemente coger la lima y pasarla de cualquier forma. Pero se equivocan. Las uñas son una parte importante del cuerpo, ya que cumplen la función indispensable de proteger la mano, y según la forma que tengan, se tendrá que limar de una forma u otra para que luzcan mejor.
Limarse las uñas se convierte en una alternativa a cortarlas, y además, es también una forma de fortalecerlas. Pero como no siempre se conoce la forma de hacerlo bien, y puede que queden con un aspecto que no nos guste o que se escamen por haber usado una mala técnica, os explicamos cómo hacerlo correctamente.
Tipos de limas
Para conseguir unas uñas perfectas debes tener en cuenta tanto el tipo de lima como su estado. En cuanto al estado, si es nueva limará más y se deberá hacer con cuidado. Si, por el contrario, es más vieja, le costará limar y se deberá insistir en algunas zonas.
Además, en el mercado existe una gran variedad de limas que se utilizan con ciertos fines y que tienen diferentes colores, formas y tamaños. A continuación os detallamos las más comunes y os explicamos su utilidad para que tu elección a la hora de limarte las uñas sea la más acertada:
- Bloque de pulido : Este tipo de limas se usan para igualar las imperfecciones de la superficie de la uña y darle brillo. Generalmente, se trata de bloques con forma cuadrada con cuatro caras de limado distinto, cada una con un grosor de grano. Así, que se trata de una lima completa que pule, lima, da brillo y alisa la uña.
- Limas para reducir el largo de la uña: Se trata de limas de madera o de cartón envueltas de papel de limado. Según el grosor y el largo de la uña escogeremos un grano de lima u otro. Lo idóneo es escoger un grano fino para las uñas naturales; aunque si la uña es dura, siempre se puede usar un grano más gordo.
- Limas de metal: Este tipo de limas no son muy recomendables para el limado de las uñas naturales, ya que debido a su material puede provocar que se quebrajen.
- Limas de esponja: Son parecidas a las de bloques y se suelen usar al final del limado, para igualar la uña. De la misma manera, ayudan a quitar los restos del limado, dejando la superficie de la uña preparada para esmaltarla. Gracias a su material, facilita la adaptación a la superficie de la uña llegando a las zonas más complicadas.
- Limas de cristal: Suelen ser limas estéticamente muy atractivas. La principal ventaja de su material es que duran mucho tiempo y son fáciles de esterilizar.
Técnicas según la forma de la uña
Después, también tienes que tener en cuenta que según el tipo de uña que tengas deberás seguir unos pasos u otros a la hora de limártelas. A continuación explicamos la forma de limar y cómo luce más cada tipo de uña:
- Si la forma de tu uña es chata, es decir, corta y ancha, lo mejor es limarla para que quede recta. Así que deberás dejar las puntas a nivel de toda la uña con el fin de evitar que ésta se sepulte. Aunque para este tipo de uñas siempre es recomendable llevarlas cortas, debes procurar dejar siempre un poco de uña y nunca llegar a tocar la carne.
- Si tienes uñas cuadradas o rectangulares, deberás limarlas más en las esquinas y menos en el centro, tratando de que se queden en forma de media luna. De esta forma tendrá una forma menos rígida. Estas uñas lucen con un tamaño corto o medio.
- Si tus uñas tienen forma triangular deber limarlas más por el centro evitando llegar a los lados para darles forma redondeada. Así, disminuirá su forma puntiaguda. Éstas quedan bien si se llevan de tamaño medio.
- Y si tus uñas son alargadas, lo más idóneo es que las limes siguiendo la forma natural de la misma, es decir, para que queden de forma ovalada. Este tipo de uñas lucen si tienen un tamaño medio o te las dejas largas.
Pasos a seguir para conseguir un buen limado
El primer paso es conseguir una lima de calidad que facilite el limado de las uñas y no las dañe. Para ello se podrá escoger entre la amplia variedad de limas que existen en el mercado teniendo en cuenta su utilidad. A continuación, si tienes las uñas muy largas es recomendable cortarlas un poco con el corta-uñas antes de limarlas. De esta manera, el trabajo será más sencillo.
Seguidamente, comenzaremos con el limado siempre teniendo en cuenta el tipo de uña que tienes. Uno de los trucos para limar nuestras uñas idóneamente es escoger un ángulo y hacer los movimientos en una sola dirección, es decir, nunca de delante hacia atrás y viceversa. Sino seguimos este consejo, las uñas se escamarán con más facilidad. Lo adecuado es ir desde los laterales hasta el centro de la uña haciendo un único movimiento, regresando al punto de origen sin limar. Y así sucesivamente hasta que quedes satisfecha con la forma de la uña.
Por último, en general, las limas tienen un lado más áspero para limar la uña y otro más suave para retirar los residuos que se dejan después de la ejecución. Por ello, debes utilizar la parte suave de la lima para retirar los restos de uña que han quedado. Siempre se debe dar forma a la uña con movimientos suaves, así evitarás que sufran daños y su aspecto empeore.