La depilación, ya sea a la cera, con máquina o mediante rasurado, provoca el enrojecimiento de la piel, una reacción más o menos extrema dependiendo de la técnica empleada y el tipo de piel de cada persona. Tras este ensañamiento con la piel es especialmente importante cuidarla para devolverla a su estado natural.
Los productos basados en la camomila también son óptimos tras la depilación. Altamente hidratantes, estos líquidos reparan la piel y relajan las zonas afectadas. Klorane es una de las firmas que apuesta por esta planta en sus artículos, con productos que oscilan entre los diez y los veinte euros y especialmente indicados para pieles sensibles.
Limón y bicarbonato
Cerrar los poros es una de las claves para aliviar la piel. El polvo de bicarbonato ayuda a ello, y combate los desagradables granitos asociados a la depilación. Frótalo sobre la piel desnuda para exfoliarla y notarás cómo tu cuerpo te lo agradece. El limón también tiene un efecto similar, pero no es conveniente para pieles secas.
Las contraindicaciones son casi tan importantes como las soluciones para hacer frente al enrojecimiento. Antes de buscar métodos adecuados para la situación repasa tu rutina de depilación y evita cualquier sustancia con alcohol durante las primeras 24 horas.