Mantener las uñas perfectas con las uñas de gel, acrílicas y de porcelana que están de moda no es una tarea fácil, y es que existen muchos factores externos que pueden dañarlas o fomentar los problemas y adversidades de las mismas. Las uñas se han convertido con el paso de los siglos en una parte fundamental del mundo de la belleza, tanto es así que desde hace años existen profesionales y tiendas especializadas en este tipo de cosmética.
Muchas mujeres deciden cuidar sus uñas naturales, conservarlas fuertes y con una forma perfecta, pero esto requiere paciencia y mucha (muchísima) atención ya que serán necesarios numerosos productos. Sin embargo, hay otras que por falta de tiempo o por la mala costumbre de morderlas no son capaces de lucir una manicura más impactante, cuidada o especial.
En la actualidad, el sector de la cosmética ha avanzado mucho y existen diferentes e incontables opciones de manicura para aquellas que no saben o no pueden mantener la suya. Las uñas acrílicas, de porcelana o las uñas de gel son algunas de las opciones que están disponibles, pero hay que saber cuál es la más adecuada para cada tipo de persona. Las similitudes entre las tres clases de manicuras son diversas, pero ¿sabrías diferenciarlas?
La diferencia principal entre unas y otras manicuras
Existen innumerables diferencias entre las uñas de gel, uñas de porcelana y uñas acrílicas, que a simple vista no se pueden observar, pero se deben de tener en cuenta a la hora de escoger uno u otro tipo de técnica. La distinción principal entre las tres son los materiales con los que se realizan las diferentes modalidades de manicura, cada una elaborada con un cuidado exhaustivo de detalles para conseguir un resultado perfecto.
Mientras que las uñas de gel se realizan con geles oligómeros, es decir, ni sólidos ni líquidos, las uñas acrílicas se elaboran con una combinación entre un líquido especial y polímero en polvo. Por último, las uñas de porcelana se hacen a partir de fibras de vidrio, el material más fino y frágil de todos, y son muy similares a las uñas acrílicas tanto en aspecto como en forma de elaboración.
En cualquier caso, hay que tener muy presente que para mantener una buena manicura es necesario cuidar las uñas. Tanto las uñas de porcelana como las acrílicas y las de gel requieren de un mantenimiento específico para que puedan durar mucho más tiempo y luzcan de la mejor manera posible, de lo contrario no serviría de nada gastarse el dinero en este tipo de técnicas.
Teniendo esta principal diferencia aclarada, se deben explicar cada proceso, técnica y tipo de uña para poder comprender mejor. De esta forma, se puede seleccionar mejor aquella que sea más ideal para cada mujer ya que, evidentemente, las uñas no son iguales en todas.
Uñas de porcelana
Las uñas de porcelana son las más comunes, y es que la técnica para elaborarlas es una de las más antiguas dentro del sector. A pesar de que se han introducido novedades, sus fibras de vidrio son más delicadas y finas que los materiales de los otros tipos de uñas, por lo que se necesita un mayor cuidado.
Se elaboran a partir de moldes que se colocan encima de la uña para conseguir el largo deseado y se les va dando la forma indicada, aunque existen uñas de porcelana prefabricadas que son más fáciles de colocar. La nueva uña crecerá a la vez que la natural, por lo que requieren de un gran mantenimiento ya que se debería visitar al profesional cada quince días aproximadamente.
La principal desventaja que tiene con respecto a los otros dos modelos de manicura es su elevado coste, pero son mucho más fuertes, resistentes y tienen una apariencia muy natural. Las uñas de porcelana son muy parecidas a las acrílicas ya que su color también es rosado y común, pero también cuentan con grandes diferencias, como los materiales para elaborarlas.
Uñas acrílicas
Las uñas acrílicas tienen un proceso de realización muy similar al de las uñas de porcelana, y es que ambas se elaboran con ayuda de moldes que fijarán la nueva uña y le darán el largo deseado. Sin embargo, para hacerlas se utiliza un líquido especial y con polímero en polvo, dando como resultado una uña rosada y natural.
Cuando la uña se seca queda una capa bastante consistente, como si de plástico se tratase, y si se colocan de buena manera pueden durar hasta 6 meses. A pesar de ello existe un elevado riesgo de tener una infección por hongos si no se realiza correctamente, causando daños en la uña natural.
El mantenimiento de las uñas acrílicas debe ser más constante, se tiene que acudir al esteticista cada tres semanas para rellenar las uñas y que luzcan perfectas, en buenas condiciones, evitando así que se estropeen. Son muy fuertes y resistentes, ideales para aquellas que tengan unas uñas débiles.
Uñas de gel
Las uñas de gel cuentan con una tecnología de lo más avanzado, y es que son las más novedosas del sector de la manicura gracias a la técnica con la que se elaboran. A partir de un gel oligómero, de aspecto similar al de la jalea, se consigue que la uña natural respire y evita así que aparezcan posibles infecciones, como ocurre con las uñas acrílicas.
Sobre una base de papel o tela fina se aplica el gel, de una manera poco molesta y más rápida que los procesos de las anteriores. Después de adaptar el gel a la uña se comienza a limar para dar una forma óptima, aunque hay que aplicar al menos dos capas de gel para que se fije. Para sellarlas se necesita una lámpara de luz ultravioleta totalmente inofensivas para las personas, y con ella se debe secar cada una de las capas que se apliquen a las uñas.
El coste de las uñas de gel es el más barato dentro de los tres tipos de manicuras, y son bastante aconsejables para aquellas mujeres que se muerdan las uñas. Las uñas de gel tienen varios contras, como su resistencia ya que son más débiles que las uñas acrílicas, son más difíciles de retirar y pueden romperse con mayor facilidad.