En numerosas ocasiones salen pequeñas marcas que, siempre que el médico corrobore que no se trata de ningún tipo de enfermedad o anomalía, se pueden eliminar o al menos disimular con una sencilla mascarilla.
Un ungüento muy casero para el que necesitarás un pepino, el zumo de medio limón, un poco de perejil y una cucharada de aceite de germen de trigo, que retarda los síntomas del envejecimiento y suaviza la piel fomentando su hidratación y elasticidad.
Mezcla la mascarilla con tu habitual crema hidratante
Para preparar la mascarilla simplemente tienes que introducir todos los ingredientes en un recipiente y triturarlo con la batidora hasta que obtengas una pasta homogénea. Mezcla entonces esa pasta con tu crema hidratante habitual y aplícate el resultado sobre las manos.
Después de dejarlo actuar durante aproximadamente 15 minutos, lávate las manos con agua tibia y aplícate de nuevo tu habitual crema hidratante. Repite el proceso tres veces por semana y con el paso de la semanas comprobarás los resultados.