Cada piel es un mundo. Aunque existan diferentes tipos de piel dentro de la que se puede encuadrar la que tú tengas, es cierto que cada piel tiene sus características, necesita sus cuidados y reacciona de una u otra forma a los diferentes maquillajes o tratamientos de belleza.
Entre ese tipo de pieles que existen están las pieles atópicas. Un tipo de piel que, sobre todo, con la llegada del verano sus síntomas tienden a acentuarse. El calor y las altas temperaturas favorecen la aparición de las molestias más comunes entre aquellos que sufren esta afección en la piel. Aquí te revelaremos las mejores prácticas para suavizar y evitar los síntomas, te detallaremos las causas y te explicaremos todos los detalles sobre esta enfermedad, que puede causar problemas en cualquier época del año.
¿Qué son las pieles atópicas?
Se trata de una enfermedad de la piel que, pese a ser más frecuente en los recién nacidos o niños de corta edad, se da también en adultos. Las personas que sufren dermatitis atópica suelen tener antecedentes alérgicos, pero también influyen en esta dolencia los factores externos.
Este tipo de piel es una enfermedad crónica. Las personas que tienen pieles atópicas viven períodos de brotes y otros en los que la enfermedad no se manifiesta. En sus momentos álgidos los síntomas van desde enrojecimiento de la piel hasta heridas y ampollas, incluyendo inflamación y descamación de la piel en el peor de los casos.
Causas y síntomas de las pieles atópicas
Esta dolencia afecta a personas genéticamente predispuestas para ello. Los factores alérgenos y ambientales también influyen en el desarrollo de esta enfermedad. Elementos del entorno como ácaros, animales y polen afectan a los afectados por dermatitis atópica. Otra de las causas determinantes es el tabaco. Ser fumador pasivo afecta negativamente a los afectados por esta enfermedad.
La principal característica de esta enfermedad es el picor incesante que provoca en las zonas afectadas. Las partes del cuerpo en las que la dermatitis atópica se manifiesta con mayor intensidad suelen ser rodillas, codos y tobillos. El rascado excesivo de las zonas afectadas puede provocar problemas crónicos. La superficie adopta un grosor mayor que el del resto de la piel y adquiere la textura del cuero.
El enrojecimiento de la piel, inflamación, erupciones cutáneas, supuración, ampollas, heridas, sequedad, descamación de la piel... La lista de síntomas de esta enfermedad es interminable y todos ellos resultan muy molestos para los afectados. Por ello, el tratamiento y la prevención resultan vitales.
Tratamiento para la dermatitis atópica
Una visita al dermatólogo te ayudará a saber cuál es la solución perfecta para cada uno de tus síntomas en función de la intensidad de los mismos. Los tratamientos habituales incluyen pomadas que contienen corticoides. Y tras los brotes, las cremas emolientes ayudarán a devolver a la piel la hidratación perdida.
La sequedad acompaña siempre a las personas con pieles atópicas. Por ello es importante mantener siempre la piel hidratada y utilizar los productos apropiados para ello. De lo contrario, la piel se vuelve tirante y adquiere una textura áspera, empeorando todavía más la dolencia.
Consejos para el cuidado de las pieles atópicas
Afortunadamente son muchas las medidas que los afectados pueden tomar para evitar los brotes y minimizar los síntomas :
- La hidratación de la piel, como ya hemos comentado, es fundamental.
- Pero no basta con utilizar cremas o leche corporal, deben ser las apropiadas. Presta atención a las características de los productos cosméticos e higiénicos que adquieres.
- Evita los geles con perfumes y busca aquellos que tengan un ph 5.5.
- Opta por la ducha y olvídate de darte un baño.
Los factores externos
Además de tus productos de belleza e higiene, tu indumentaria también es importante. Los tejidos de algodón y lino son tus grandes aliados. Huye, por el contrario, de las prendas sintéticas y la lana. Los cambios bruscos de temperatura tampoco te ayudarán. El frío y el calor excesivo pueden agravar los síntomas de las pieles atópicas.
La alimentación apropiada también contribuye a minimizar los problemas ocasionados por este tipo de dermatitis. El consumo habitual de fruta, verdura, cereales y avena puede reducir las afecciones de las pieles atópicas. El alcohol, el azúcar y la leche son alimentos de los que no debes abusar.
Por último, los factores ambientales también son determinantes en el desarrollo de esta enfermedad. En este caso la solución no siempre está en tu mano. Sin embargo, sí puedes huir de ambientes cargados por el humo del tabaco y en los que se acumule mucho polvo. La solución está en tu mano, declárale la guerra a la dermatitis atópica, un problema complicado pero al que te puedes enfrentar con ciertos cuidados y no impedirá que lleves una vida normal.