Cuando realizas la misma actividad durante 21 días seguidos, según dicen los expertos, se convierte en una rutina para nuestra vida. En ciertas ocasiones, incluir ciertas actividades en nuestra vida diaria cuesta mucho más de lo que parece, por muy sencilla que parezca y en el caso de limpiar e hidratar nuestra piel, muchas de nosotras tendemos a cometer muchísimos errores porque ¿quién no se ha acostado maquillada más de una vez por la pereza de limpiar el rostro? ¿Quién no ha dicho alguna vez mañana empiezo a cuidarme la piel y nunca lo hizo? Vencer a la pereza es el primero de los pasos que debemos conseguir alcanzar, ya que aunque al principio te costará incluir la rutina en tu día a día, cuando empieces a ver os resultados en tu piel, nunca más dejarás de cuidarla.
Consejos para mantener la piel hidratada
Cuando se trata de hidratar nuestra piel, todas sabemos a la perfección aquellas cosas que debemos hacer y cuáles no, pero a la hora de la verdad, nunca llevamos a cabo una rutina diaria de hidratación debido a la pereza que nos supone dicha actividad.
Lo primero de todo es concienciarnos de que la piel tiene memoria y que si no la cuidamos, poco a poco va a ir deteriorándose hasta llegar a un punto de no retorno, en el que ya no tendremos solución. Por ello, lo mejor es empezar cuanto antes y ponerse manos a la obra, ya que una piel bien cuidada y bonita nos hace lucir mucho más guapas y radiantes.
Exfoliación
Exfoliar nuestra piel es una actividad que deberíamos realizar entre una y dos veces a la semana. Eliminar las células muertas es imprescindible, ya que así nos desharemos de aquellos restos de piel muerta que hacen que nuestra piel luzca mucho más fea. Hazte con un buen gel exfoliante y aprovecha el momento en el que estás en la ducha para realizar una rutina de exfoliación con una esponja de lufa o un guante de crin. Aparte de lucir mejor nuestra piel, también nos ayudará a reducir la odiada piel de naranja que se acumula en la zona de los muslos, ya que al realizar los masajes con el gel y la esponja, estaremos ayudando al mismo tiempo a mejorar la circulación de la zona.
Hidratación
Una vez hemos salido de la ducha y hemos secado nuestra piel, es el momento de aplicar la crema hidratante. Se trata del momento ideal ya que nuestros poros están abiertos y van a estar más receptivos y nuestra piel se encontrará en su momento perfecto para aplicar la crema. Ten en cuenta que no todas tenemos el mismo tipo de piel, por lo que deberás hacerte con una crema hidratante que se adapte a tu tipo de piel, ya sea seca, mixta o grasa.
Esto es imprescindible a la hora de que nuestra rutina surja efecto ya que siempre nos aportará aquello que necesitamos. Aunque si eres de las que no soporta tener que estar esperando fuera del a ducha a que la crema se seque para poder vestirte, apuesta por las nuevas hidratantes bajo la ducha. Estas actúan como un acondicionador y son muy efectivas. Por último, debes tener un especial cuidado con el rostro las manos. Estas son las zonas que normalmente exponemos más al aire y al sol, por lo que merecen un cuidado especial.
Errores comunes a la hora de hidratar la piel
Todas queremos lucir una piel perfecta, sin ninguna imperfección ni una sola arruga eternamente y, para ello, la única forma de conseguirlo es cuidando nuestra piel cada día pero, en ocasiones, cometemos errores que acaban resultando el efecto contrario que buscamos.
Uno de los errores más comunes que solemos cometer las mujeres a la hora de cuidar nuestra piel es con la exfoliación. Muchas de nosotras nos creemos que cuanto más fuerza apliquemos con nuestro guante de crin o esponja de lufa, más efecto tendrá en nuestra piel y, en este caso, se consigue justo lo contrario. Si realizamos la exfoliación de forma demasiado agresiva, lo único que estamos consiguiendo es irritar nuestra piel y nunca conseguiremos el efecto esperado.
Por último, otro error común que solemos cometer todas a la hora de realizar nuestra rutina es la de no aplicar la cantidad adecuada de crema hidratante. O te pasas, o no llegas. Ese es nuestro error. En el momento que aplicas más crema de la cuenta nuestra piel sufre un exceso de hidratación y al final acaba por saturarse. En el caso contrario, si aplicamos menos cantidad de la necesaria, nuestra piel nunca estará bien hidratada, por lo que nuestra rutina de belleza hidratante para nuestra piel, no nos servirá de nada, ya que nunca conseguiremos los resultados esperados.