La hinchazón de pies y piernas en verano es más común en mujeres, personas mayores o trabajadores que pasan largas horas seguidas de pie. Aunque esto puede ocurrirle a cualquier persona. Debido a las elevadas temperaturas típicas de la época estival, nuestro cuerpo reacciona de una manera distinta a como lo haría en meses más fríos.
Por qué ocurre en verano
El calor típico del verano provoca una vasodilatación irregular, lo que implica que la sangre que corre por las venas y las arterias lo hagan de manera más lenta de la habitual. Esto, a su vez, crea una respuesta del propio organismo en el que se hincha por efecto de ese corriente sanguíneo más pausado. Este mecanismo o efecto del organismo a causa de las altas temperaturas es más conocido en el ámbito médico como edema periférico.
En el caso de las piernas y los pies es más común que en otras zonas del cuerpo dada su posición: al estar en la parte soporte, todo el peso, el movimiento y la sangre tiende a manifestarse en mayor medida en la zona baja del cuerpo. Para tratar de evitarlo o de reducir la hinchazón -ya que en muchas ocasiones es casi imposible eliminar por completo su efecto-, hay que seguir una rutina sana, derivada de la dieta, el ejercicio moderado y el cuidado de la zona.
Cuando ocurre esta insuficiencia venosa o se crea una circulación irregular, además de hincharse los pies, las piernas también sufren su efecto. En este caso, no es solo el hecho de que pueden doler o incluso crearse la sensación de fatiga en las extremidades inferiores, sino que pueden aparecer varices y celulitis. Estas últimas son provocadas por una vida sedentaria, una mala alimentación y la retención de líquidos.
Y ya no solo les ocurre a personas que trabajen o tengan problemas habituales de circulación o sufran de cansancio en las piernas, sino que también por el hecho del propio calor y de las vacaciones, que nos dan más tiempo para movernos, hacer viajes y caminar durante más tiempo. Esto último es beneficioso si se hace de manera habitual, siguiendo una especie de rutina e ir aumentando progresivamente la intensidad y la dificultad del camino. En caso contrario, lo que conseguiríamos es que nuestros pies sufrieran todavía más y, por lo tanto, la hinchazón se agravase.
Por ello, hay que trabajar todo de manera conjunta, para que nuestras piernas luzcan siempre perfectas, sobre todo en verano, que es la época donde más vamos a enseñar nuestro cuerpo y los resultados de todo un año cuidándonos. Porque hay casos en los que no solo la dieta o el ejercicio diario normal nos pueden ayudar, sino que a veces nuestro cuerpo necesita un extra de cuidado -al igual que en invierno, por ejemplo, la piel necesita un cuidado distinto a la hidratación requerida en verano-.
Existen numerosos remedios derivados de plantas, infusiones, jabones e incluso medicamentos. Pero todo ello no debe tomarse por sí solo y esperar que haga su efecto, sino que debemos acompañar a estos de una dieta saludable y alejarnos de la vida sedentaria. Además, algunas infusiones y medicamentos pueden tener efectos secundarios, por lo que habría que consultar con un especialista en el tema, sobre todo si se padece alguna enfermedad cardiovascular o se está medicando.
Cómo cuidar los pies
Para que estos remedios funcionen, es importante tratar las extremidades que más sufren con el calor. Para poder hacerlo correctamente no basta solo con un par de tratamientos útiles y caseros, sino que todo debe empezar por una rutina de cuidado, incluida la dieta. Por lo tanto, nuestros pies requerirán de un extra de atención para que no luzcan tan hinchados.
- Masajear con cremas hidratantes y relajar los pies en agua fría o templada. También se puede recurrir a la manera tradicional, que es la de alzar las piernas mientras se está tumbada a un nivel que esté por encima de la posición recta, así favorecerás que la circulación de los pies retome su movimiento habitual. Si por las noches sientes que te pesan las piernas, puedes colocar un cojín o una almohada que mantenga esta posición elevada sobre tus pies.
- También debes evitar calzar zapatos cerrados, con mucho tacón o con una mala amortiguación en las suelas, no al menos durante mucho rato. Este tipo de vestuario solo agravaría la dolencia, ya que haría que la sangre siguiera circulando más lentamente en la zona soporte, además de provocar que nuestras extremidades inferiores hicieran más trabajo y se agravara la inflamación.
- Hidratarse por dentro y comer alimentos que favorezcan la circulación. Para ello es necesario comer alimentos ricos en minerales y vitaminas, pero eliminar en la medida de lo posible comidas con gran contenido en sal o con azúcares procesados, así como el alcohol y las comidas precocinadas.
- Hacer ejercicio de manera constante, pero no necesariamente intensiva, para que la circulación vuelva a mantener la intensidad habitual. Para ello podemos consultar con algún especialista, para que nos recomiende ciertos ejercicios que beneficien y favorezcan unas piernas bonitas, trabajadas y con la circulación correcta.
- El yoga es una disciplina que requiere más de fuerza de voluntad y práctica que de un buen estado físico. Por eso es una manera beneficiosa de empezar con una rutina de trabajo corporal, ya que la coordinación que existe entre cuerpo y mente ayudará a relajarnos, además de conseguir que el corriente sanguíneo vuelva a su ritmo habitual. Hay posiciones o asanas que pueden ayudarnos más en este sentido.
- Para las personas que padezca de una hinchazón de pies más exagerada y que les persista tras la etapa de calor, además de consultar con el médico se deberían usar medias de compresión. Sobre todo, en los momentos en los que se practique ejercicio, se recorran distancias largas o se vaya a trabajar muchas horas de pie. Esto favorecerá la circulación y evitará en gran medida que la hinchazón y la sensación de malestar se agrave.