Ante todo, lo primero es saber ¿qué es el hipotiroidismo? Y se trata de una glándula que tenemos en la tiroides, la cuál se encuentra en la parte delantera del cuello, debajo de la laringe. El trabajo que tiene, consiste en repartir hormonas para controlar el metabolismo de las personas, produciendo dos tipos de hormonas diferentes para ello: la tiroxina (T4) y la triyodotironina (T3). El trabajo de ambas es procurar que el metabolismo de las células este bien controlado, es decir, hacen que la energía que contienen se reparta de manera uniforme, y si de desestabiliza la tiroides provoca descontroles en el peso.
Más concretamente, el hipotiroidismo, hace que la tiroides sea más lenta y el metabolismo se mueva más despacio, reduciendo su actividad normal. La verdad, es que es una enfermedad muy frecuente del sistema metabólico, y se caracteriza porque las hormonas de la tiroides se producen de manera irregular y diferente a como debería hacerse. Es muy común que la sufran, sobre todo, mujeres, porque ellas están mucho más expuestas a las variaciones y descontroles hormonales en la vida, sobre todo, es común diagnosticarla a partir de los 40 años o también durante el proceso de un embarazo.
Las causas que pueden llevar a que se desencadene el hipotiroidismo en una persona puede ser muy diverso. Lo primero será descargar la herencia genética o que sea un defecto congénito de la propia persona, puede producirse por una carencia crónica del yodo en la dieta común de una persona, por haber estado recibiendo radioterapia contra el cáncer o haber tenido un tratamiento rico en litio y otros fármacos antidepresivos o de ansiedad, por sufrir síndrome de Sheehan en mitad del embarazo, contraer alguna infección vírica o por un propio ataque del sistema inmunitario contra la propia glándula de la tiroides.
Existen también algunos síntomas por los que se puede llegar a deducir que algo no anda bien en la tiroides, aunque lo más seguro y certero será acudir a nuestro médico y hacer un análisis de sangre específico para analizar bien el problema. Algunos de ellos son aumento repentino de bastante peso, cansancio e hipersensibilidad que puede confundirse con anemia, estreñimiento y heces muy duras, volvernos muy frioleros de repente, también se puede observar por el flujo menstrual de las mujeres al volverse demasiado abundante, expresiones faciales toscas con voz ronca o dicción más lenta, párpados caídos u ojos saltones, cabello muy áspero y seco, piel áspera, gruesa, seca o, incluso, escamosa; también si se tienen las uñas muy quebradizas o débiles puede ser una señal para acudir a hacernos una analítica.
Alimentos que se deben aumentar
En este tipo de dietas, las personas afectadas deben aumentar el consumo de alimentos que sean ricos en yodo y que activen la producción de éstas hormonas que están desajustadas. Dentro de los que hay que aumentar, en el ámbito de los vegetales pueden ser: el ajo, los tomates, las espinacas, habas y guisantes; también que sea variada en cereales y legumbres como el maíz, girasol, lentejas, guisantes, habas o la avena. En cuanto a las frutas o frutos secos es muy bueno el mango, la manzana, los dátiles, el coco, las fresas, el albaricoque, las nueces de Brasil, piña, avellana, pistachos o anacardos.
Alimentos que es aconsejable reducir
En cuanto a las que es recomendable reducir, se pueden dividir en diferentes grupos alimenticios, como son: Los crucíferos, entre los que se encuentra la coliflor, el brócoli, col, coles de Bruselas y, sobre todo, el rábano. Frutos secos como las castañas y las nueces, legumbres entre lo que se encuentra la soja, los garbanzos y los cacahuetes. Cereales como el mijo o el trigo; y semillas como las de lino o los piñones.
Todas estas anteriormente mencionadas reducen la actividad de la tiroides porque son ricos en clorogénico y ácido cafeico, pero se este último existen alimentos que están prácticamente compuestos de él, y son el apio, la naranja, el limón, la zanahoria, el aguacate, la ciruela, berenjena o el melocotón. Tampoco se deben consumir la granada y la uva, que tiene ácido elágico; o la cebolla, espárragos, endibias, melón, perejil o patata; ya que son ricas en litio.
Sobre todo, si te diagnostican hipotiroidismo, lo bueno es recuperar una buena dieta para volver a tu peso normal lo antes posible, y lo mejor para ellos es seguir una serie de pautas que pueden ayudarte a ordenar tu metabolismo, acelerarlo y que todo vuelva a donde tiene que estar. Por supuesto, siguiendo también el tratamiento que el médico te imponga.
Lo primero será seguir un horario fijo de cinco comidas diarias, aunque para ello hay que tener en cuenta que cada una debe estar compuesta por: una ración de proteína, grasa buena e hidratos de carbono. Tres comidas principales contundentes y dos temtenpies. Cuando te levantes, no dejes pasar más de una hora sin tomar el desayuno. Que el intervalo entre comidas sea de entre cuatro o cinco horas como muchísimo y que si te acuestas más tarde de las tres horas después de haber tomado la cena, lo ideal es tomar algún snack.
Beber de un litro y medio a dos del agua al día, controlar la sal y hacer ejercicio al menos tres veces por semana; manteniendo el estrés y la ansiedad a raya. En definitiva, llevar una vida sana aunque algo más estricto que los demás que deciden hacerlo por salud, porque ahora si que está comprometida la salud y es imprescindible seguirlo a rajatabla para recuperar esos niveles que se han desajustado por dentro.