Una de las afecciones más incomodas y dolorosas a la que nos enfrentamos a diario son las ampollas. Estas suelen aparecer en manos o pies y normalmente provocadas como reacción a una quemadura o por fricción, como puede ser el roce de un calzado muy apretado o por el uso excesivo de las manos en algunos trabajos.
El objetivo de estas lesiones es avisar de que se está realizando cierta actividad que debería ser reducida, ya que por algún motivo se está trabajando en exceso o dañando alguna parte del organismo, en este caso la piel.
Las ampollas son bolsas de líquido que se forman en la parte superficial de la piel y contienen un líquido claro y acuoso denominado serosidad y que se produce como reacción a la piel lastimada o irritada. Mientras ésta permanece cerrada la serosidad proporciona una protección natural. También existen aquellas que están llenas de sangre y se denominan 'ampollas de sangre'.
Las razones por las que se forman pueden ser por irritación debido al roce de la piel, por alergias, infecciones como los estafilococos, enfermedades específicas de la piel o por el consumo de ciertos medicamentos.
Diferentes tipos de ampollas
Ya que las ampollas no son más que una zona de la piel desprendida rellena de líquido, podemos distinguir tres tipos en función del lugar en el que aparezcan:
- Subcórnea, que se producen en la capa córnea. Ésta es la más externa y fina de la piel, en ella, por ejemplo, se acumulan las células muertas que posteriormente se eliminan con la exfoliación.
- Intraepidérmicas, se forman en la capa basal y van creciendo hasta la córnea. Son ampollas flácidas, es decir, se rompen con facilidad y se producen por una ligera fricción.
- Subepidérmicas, son muy parecidas a las anteriores pero se trata de ampollas tensas que no rompen con facilidad.
Este tipo de afección, como es la ampolla, puede aparecer en múltiples enfermedades relacionadas siempre con el tratamiento de la piel y estas afecciones son un síntoma en el que esta lesión es la característica fundamental.
Remedios caseros contra las ampollas
Para poder acabar con ellas o evitar su aparición si nuestra piel es propensa a producirlas, existen numerosos remedios específicos para combatirlo y la naturaleza nos proporciona un campo muy amplio de combinaciones que podemos utilizar para ellos.
Asimismo podemos utilizar en estas ocasiones remedios que podemos confeccionar directamente con ingredientes que se tienen en casa con normalidad:
- Frotar un cubito de hielo ligeramente alrededor puede alejar el dolor que se produce cuando estas se forman, o hervir hojas de repollo en leche y aplicarlo tres veces al día con un algodón, también consiguen evitar que se produzca alguna infección provocada por la erupción de la misma.
- Otra forma rápida y sencilla puede ser crear un cataplasma con zanahoria rallada y aplicarlo directamente sobre la zona afectada, o aplicar el jugo de dos o tres dientes de ajo sobre la ampolla.
- Realizar una masa con harina de maíz y miel también evita males mayores que puedan producirse si se explota la burbuja, ya sea de forma intencionada o por accidente, o aplicar una capa de aloe vera sobre ella producida también funciona.
De otra manera, si se tiene una piel excesivamente sensible o propensa a que aparezcan, se recomienda frotar la zona con alcohol cuando se realicen actividades que puedan provocar estas irritaciones o aplicar una cinta adhesiva o almohadilla para evitar que las ampollas se formen por la fricción.
Y cuando este tipo de reacción aparece en la parte trasera de los pies, otra solución es usar una plantilla que levante el talón y evite el roce con el calzado, aunque otra forma de evitar esto podría ser rociar el material con polvos de talco o vaselina, lo que conseguirá que la piel se deslice con mayor facilidad.
" Usa siempre medias nuevas para calzados nuevos ". Una recomendación esencial y muy útil para lo que es más favorable que el material de las medias sea acrílica, ya que están fabricadas por capas y son diseñadas para evitar la fricción que los pies puedan padecer.
Para aquellos asiduos al peregrinaje y que son muy propensos a este tipo de lesiones en manos y pies, algo bueno suele ser retirar el líquido extrayéndolo con una jeringuilla en una posición paralela a la ampolla y posteriormente, limpiarla bien y llenarla con betadine para volver a introducirlo dentro de ésta y desinfectar desde dentro. Este último paso es el más doloroso, pero muy efectivo.
Productos para curar las ampollas
Aparte de los remedios naturales, también existen en el mercado productos que pueden usarse tanto para evitar el dolor que se produce cuando aparecen las ampollas, como para evitar las que podrían surgir debido a la fricción.
- Uno de ellos se trata de unas tiras adhesivas que contienen un gel que puede evitar el dolor por las rozaduras que se producen por el calzado o en las manos, por el uso reiterado de algún tipo de herramienta. Son de color trasparente y crean una película protectora que evita que vuelva a producirse.
- Otro producto que suele usarse en algunas curas son gasas impregnadas en un tipo de aceite o vaselina, que protegen la herida una vez abierta la ampolla y después de extraer la serosidad. Esto hace que se mantenga protegida de la suciedad exterior y que no se infeste o vuelva a salir.
No hay ni que decir que, si por algún casual se observará enrojecimiento, inflamación, calor o dolor intenso, se recomienda acudir a nuestro médico, porque podría tratarse de una infección.