Mucha gente aprovecha la llegada de las vacaciones de primavera para hacer una breve visita a la playa y los hay quienes tienen suerte y vuelven presumiendo de moreno. Sin embargo, no todo el mundo tiene esa oportunidad y no es hasta muy avanzado el verano cuando consiguen disfrutar de un día de sol en la playa.
Esto no significa que no podamos lucir un moreno bastante aceptable durante todo el año. ¿Cómo? Hay varias técnicas para conservar y cuidar el tono y también, algunas otras para broncearse sin necesidad de ir a la piscina.
Recomendaciones para tomar el sol
Exfoliar la piel es muy importante antes de empezar cualquier proceso de bronceado ya que ayuda a eliminar las células muertas que puedan entorpecer el color. Si tienes un tono de piel más moreno, te será más fácil 'coger color' pero recuerda que siempre hay que usar protector solar y sobre todo proteger la cara de la exposición solar.
Para quien tenga la piel más clara, lo recomendable es utilizar protección solar de más de 20 UVA y no permanecer más de 15 minutos seguidos tomando el sol. Para los más morenos, no más de 30 minutos. Después de tomar el sol hay que seguir cuidando la piel y para ello es muy importante mantenerla hidratada bebiendo mucha agua y aplicando loción after sun.
Cuidado y mantenimento del bronceado
Precisamente es la hidratación la clave para mantener el bronceado a largo plazo y hay que procurar hidratarse antes y después de tomar el sol. El bronceado se pierde porque la piel se defiende del "ataque" del sol eliminando sus efectos y, además, crea una capa protectora que evita que los rayos del sol penetren demasiado. Lo que hacen las cremas bronceadoras aquí es intentar reducir esta capa.
Además de la hidratación, es imprescindible saber que la alimentación es muy importante tanto para acelear como para mantener el bronceado. Los alimentos antioxidantes y frutas y verduras como la zanahoria o el mango están llenas de vitaminas que ayudan a conservar el color de la piel.
El autobronceador: trucos para su aplicación
Siempre se puede hacer trampa y recurrir al autobronceador. Estos cosméticos son de gran utilidad, sobre todo para presumir de moreno en ocasiones puntuales, no manchan una vez secos y además hay algunos que son hidratantes y otros que hasta ayudan a retrasar el envejecimiento de la piel. Son adecuados para todo tipo de pieles, pero hay que saber cómo administrarlo para que no quede mal.
Antes de todo, recuerda que la exfoliación es útil siempre a la hora de broncearse. Después, para poder extender mejor la crema bronceadora, lo mejor es aplicarlo de forma circular, siguiendo un orden y sobre todo estar atentos de que no quedan espacios de piel sin cubrir. Hay que evitar aplicarla en los tobillos, codos y cejas. Luego espera media hora a que se seque y a las dos horas de la aplicación, aproximadamente, comenzarás a apreciar el resultado.
Rayos UVA: precauciones
Cada vez son más personas las que apuestan por acudir a sesiones de rayos UVA por varias razones: desde los que quieren lucir color en algún evento, los que quieren mantener el moreno durante todo el año e incluso hasta quienes quieren presumir de color en sus primeros días de playa.
Si tienes la piel muy clara y sin pigmentos, como muchos rubios y pelirrojos, muchas pecas, lunares o manchas en la piel debes apostar más por los autobronceadores que por los rayos UVA. En el lado contrario, para quienes se decidan a probar se aconseja usar gafas homologadas, no sobrepasar las 20 o 30 sesiones anuales, ni usar cosméticos o perfume antes de la sesión. Aquí también es recomendable hidratarse antes y después de las sesiones para conseguir mantener sus efectos.