La norteamericana Theodora Quinlivan hace historia en la línea de cosmética de una de las marcas de moda y belleza más importantes del mundo. La modelo y activista se convierte en la primera mujer transgénero en conseguir que una firma como Chanel contrate su rostro como perfil para la próxima campaña de su línea beauty. Un mensaje de inclusividad e igualdad por parte de la maison francesa que se refuerza con la colaboración.
Con esta primera vez, se consigue una apertura a un nuevo modelo de comprador más abierto y concienciado, que busca una exclusividad en el producto, pero también una marca con valores. La oferta posibilita la universalidad gracias a sus campañas y protagonistas. Para Teddy Quinlivan, esto representa "una victoria", tal y como anunciaba en su perfil de Instagram con algunos de los productos de la firma al confirmar su próxima campaña.
Se trata de normalizar y humanizar, ya que han sido personas que, hasta hace bien poco, eran perseguidas socialmente y estaban en riesgo de exclusión por la poca aceptación que se tenía. Hoy en día, sería impensable que individuos de todo tipo de condición no sean representados de manera oficial y sin normatividad a través de las marcas, sobre todo en el sector de la cosmética, donde es inevitable que cada persona posea un carácter y unos rasgos únicos e igual de aceptables.
Mayor visibilidad
Gracias a este tipo de acciones y decisiones de gran alcance social a nivel mundial, son las marcas grandes y sobre todo las del sector lujo las que permiten que otras industrias hagan el mismo proceso de selección. Es de esta manera mediante la cual se da visibilidad y accesibilidad a personas que, por su condición física o sexual, no había podido ser representadas. Vivimos en una etapa de evolución que tiene la aceptación como una de sus metas a conseguir, empezando por la moda y la cosmética.
Al final, las acciones que repercuten de una manera social tan fuerte y significativa como la de esta campaña con Teddy Quiniva, es la adecuación a todo tipo de personas, sin complejos ni tabúes que permiten esta inclusividad de todos los colectivos sociales. Es una clara adecuación del nuevo sistema de representación más universal.
Igualdad y fraternidad
Teddy Quinlivan trabajó como modelo femenina en las pasarelas internacionales sin revelar su cambio de sexo hasta el año 2017, cuando se sinceró y reveló a sus seguidores y las marcas con las que colaboraba su condición - un ejemplo de la adaptabilidad que este colectivo está teniendo en los últimos años, además de una aceptación social cada vez más grande que les permite vivir y dedicarse a lo que realmente les apasiona, sin complejos ni temor
Gracias a compañeras de profesión como ella, las personas transgénero tienen una mayor igualdad y representación, dando mayor visibilidad de su trabajo y permitiendo una igualdad social y laboral libre de acoso. Antes que ella, Adrea Pejic, Lea T, Valentina Sampaio o Ines Rau han tenido su hueco en el sector de la belleza de grandes marcas; pero es la norteamericana Quinlivan quien consigue hacer historia dentro de Chanel.