Cualquier excusa siempre ha sido, es y será buena en una mujer para sacar partido a nuestro lado más coqueto, creativo y presumido, en cuanto a belleza se refiere. Una quedada con amigas, una cena familiar, una noche de fiesta, una cita con nuestro chico y, por qué no, una sesión de cine.
Y es que, incluso allá donde deberíamos pasar un poco más desapercibidas, nos encanta ser siempre el centro de atención, ya sea por la sencillez o el laborioso resultado que una simple paleta de color puede aportar a nuestro rostro.
De esta forma, teniendo en cuenta los recursos, nuestra propia destreza y el tiempo del que disponemos, las posibilidades pueden llegar a ser infinitas. Sin embargo, habrá que tener en cuenta cuáles son las opciones más acertadas y apropiadas y cuáles son las que deberíamos descartar desde el principio.
Sobre todo, y antes de desplegar nuestro mejor juego de brochas, sería necesario considerar primero el espacio en el que vamos a lucir nuestra brillante propuesta make up. En este caso, una sala a oscuras que estará iluminada por una gran pantalla, y que por lo tanto hará que nuestro rostro brille con creces, incluso con lo más insignificante. Con todo esto, solo hace falta ponernos manos a la obra.
¿Cuáles son las opciones más acertadas?
Es cierto que a la hora de hacer frente a un plan como el de ir al cine, hay quienes prefieren optar por la alternativa más sencilla y cómoda posible. Si encima a todo esto le sumamos el poco tiempo que muchas veces tenemos para arreglarnos, la opción puede resultar incluso perfecta. Así, ¿qué mejor que decantarse por resaltar, únicamente, uno de los aspectos de nuestra cara?
A voz de pronto, puede llegar a parecer un recurso ínfimo e inapreciable, pero la sencillez no siempre tiene porqué ser sinónimo de sobriedad, y más cuando se trata de un campo tan amplio como el del maquillaje. De este modo, el hecho de centrar toda la atención en nuestros ojos, labios o pómulos, únicamente, sería lo más acertado.
Por un lado, echando mano de labiales y brillos rosados, rojos intensos, cereza y morados a juego con un minucioso eyeliner en color negro o una simple mascara de pestañas; sacando partido a nuestra mirada con la técnica de ojos ahumados y un gloss en tono nude; o bien optando por resaltar los pómulos con colores como el coral, melocotón, rosados, etc., siempre en función de la tonalidad de nuestra piel.
De esta forma, conseguiremos potenciar tan solo un rasgo de nuestro rostro a través de apliques muy sencillos. Si por el contrario preferimos abarcar todos y cada uno de los aspectos de la cara, habrá que seleccionar aquellas opciones que queden menos recargadas. Es importante recordar que un make up excesivamente potenciado puede llegar a parecer tosco y poco delicado cuando la luz de la gran pantalla nos ilumine.
Un gloss básico en tono pastel, un eyeliner en color negro, una máscara de pestañas sencilla y un colorete en tono rosa será más que suficiente para ir arreglada. Si además queremos añadir pequeños toques que potencien aún más esta alternativa podemos recurrir al rizador de pestañas, que ayudarán a dar aún más volumen a nuestra mirada, o a diminutos destellos de luz en nuestra mirada, con sombras naturales o en tonalidades beiges. La opción de iluminar un poco el lagrimal con ayuda de una sombra blanca también es factible.
Un suave 'contouring'
Por otro lado, y adentrándonos aún más en aquellas opciones actuales que parecen haber forjado una gran amistad con el mundo celebrity, estaría la llamada técnica del contouring. Un inseparable de rostros tan conocidos como los de Kendall Jenner, Kim Kardashian, Jennifer Lopez y Eva Longoria que ha provocado que la euforia se apodere de muchas fanáticas.
Tan solo hace falta disponer de un buen iluminador y unos polvos oscuros o bronceadores para parecer una auténtica estrella de cine. Estos dos elementos nos ayudarán a resaltar mucho más nuestros pómulos y nariz y a crear un espectacular resultado de luces y sombras. Así de sencillo. Si bien es cierto hacer hincapié en la necesidad de lograr un resultado cercano a la naturalidad, por lo que bastará con unos minuciosos toques de luz. Todo ello acompañado de labiales en tonos rosas y una breve pincelada en nuestros ojos.
Por último, y dejando cada vez más a un lado lo sencillo, estaría la también aclamada técnica de los ojos ahumados o 'smokey eyes'. Existen diferentes formas de hacer que tus ojos queden marcados por este exitoso recurso de belleza, aunque para esta ocasión nos decantaremos por una opción un poco más suave.
Normalmente, la técnica se consigue delineando los ojos con un lápiz en tono marrón o negro, difuminándola con un pincel o esponja, aplicando una sombra oscura sobre la marca hecha anteriormente con el eyeliner y una posterior sombra más clara sobre la zona superior del párpado. No pasa nada si no queremos que nuestros ojos parezcan excesivamente negros, podemos aplicar la sombra más oscura en menor cantidad. En este caso, utilizaremos algo mucho más suave para los labios.
¿Cuáles son las opciones que debemos descartar?
No obstante, tras considerar algunas de las mejores alternativas a la hora de hacer frente a un plan como éste, también hay que tener muy en cuenta aquellas que automáticamente deben ser desechadas. Así, una de ellas estaría basada en el uso de sombras de ojos con mucha brillantina o colores que aporten mucha luminosidad a nuestra mirada. Tonos metalizados, dorados y cobrizos que permanecerán mejor guardados para futuros eventos.
Otro de los requisitos a tener en cuenta es que la totalidad de nuestro make up no quede excesivamente recargado, con resaltar una zona de nuestro rostro será más que suficiente. Además, también habrá que poner especial atención al uso del antiojeras, ya que su abundante aplicación puede provocar una exaltación del brillo de la mirada, dejando el entorno del ojo, en muchas ocasiones, incluso blanco.
Por último, también tendremos que tener mucho cuidado a la hora de elegir el color de labial que mejor nos vaya para completar nuestro look de cine. Sabemos de sobra que los rojos y los rosados son los que siempre suelen ganar las apuestas, pero parece que poco a poco van sumándose a la batalla de colores nuevas y arriesgadas propuestas.
Pues bien, esta vez será mucho mejor guardar esta opción para otro momento, si no queremos que nuestro rostro se transforme en una imagen realmente gótica. En este caso, la naturalidad, el brillo y la luminosidad deben formar parte de casi la totalidad de nuestro look, por lo que estaremos mucho mejor encaminados si optamos por tonalidades mucho mas vivas, como el rojo. No obstante, la clave está en hacer que nuestro rostro no parezca recargado pero que a su vez existan focos de luz y color importantes.