El momento en que una adolescente empieza a maquillarse es muy importante y supone uno de esos grandes pasos que escenifican el paso de niña a adulta. La inexperiencia, la ignorancia y la falta de productos adecuados pueden acabar por convertir este momento en un desastre. La piel de las mujeres va cambiando con el paso de los años y no puede maquillarse igual una chica de 16 años que una señora de 50.
El momento en que una adolescente se empieza a maquillar supone también el momento en que empieza a conocer su piel y cómo esta reacciona a las reacciones externas, como es el maquillaje. Conseguir dominar esta técnica no supone dificultad alguna, siempre que se tengan unos meros conocimientos y el kit de maquillaje necesario.
En el caso de aquellas chicas que tengan hermanas mayores pueden aprovecharse de su experiencia y de sus productos y pedirles ayuda a la hora de maquillarse. En el caso de recurrir a una madre la situación es diferente, porque no necesitan los mismos productos. En este caso, y a la larga en el anterior, resulta interesante que la adolescente se haga con un kit de maquillaje básico para aprender a maquillarse.
Aunque no se trata de productos específicos de maquillaje, hay que recordar que una crema hidratante y los productos de limpieza son claves para mantener la piel en buenas condiciones. Además, si siendo adolescente se aprenden buenos hábitos de maquillaje permanecerán durante toda la vida.
¿Qué debe contener el kit de maquillaje?
En las tiendas especializadas se pueden encontrar kits de maquillaje ya compuestos y listos para regalar. Suelen ser prácticos, porque incluyen casi todo lo que una chica puede necesitar para maquillarse, pero también tienen ciertos productos que probablemente nunca use. Por ello, lo recomendable es que sea ella misma la que confeccione su kit de maquillaje y así tendrá más posibilidad de escoger texturas y colores.
Corrector para los granitos
Cuando se es joven la piel es más radiante y tiene más brillo. Los únicos defectos que podemos observar en ella son los derivados del acné. Si se es propensa a los granitos, un corrector no puede faltar en el kit de maquillaje. Si el acné es abundante es recomendable acudir a un dermatólogo antes de seleccionar qué corrector y maquillaje utilizar. Hay productos que tienden a ser grasos y pueden llegar a ser contraproducentes en estos casos. Ante cualquier reacción al maquillaje se ha de consultar a un especialista.
Polvos bronceadores
Las pieles jóvenes apenas presentan imperfecciones, por lo que no es necesario invertir en un principio en maquillajes cubrientes. En la mayor parte de los casos bastará con polvos compactos, incluso polvos bronceadores si estamos en verano. Resultan más ligeros que el maquillaje y permiten que la piel respire mejor.
Colorete
Para dar un toque de color a las mejillas, únicamente se necesita un colorete. Si se opta por productos en polvo resultarán también más ligeros. Además, en el caso del colorete cuando se está empezando a maquillar resulta más fácil de aplicar en polvo, ayudándose de una brocha, que en otras texturas.
Brillo de labios
Para preservar esa imagen de cara lavada de la que se puede presumir cuando se es adolescente, el brillo de labios es imprescindible en un kit de maquillaje. Apenas aporta color, así que se puede jugar con distintos tonos para conocer cuales son los que mejor le sientan a la piel. Para aquellas chicas que no están acostumbradas a maquillarse si se aplican un labial pueden verlo demasiado llamativo. El brillo de labios suaviza este efecto y da un ligero color.
Productos para los ojos
Lápiz de ojos
A la hora de maquillarse los ojos, toda adolescente suele empezar utilizando lápices de ojos. Al hacerse una simple raya se da cierto color a la mirada y la vuelve más intensa. Los colores básicos con el negro y el marrón y a partir de ahí se tiende a evolucionar a azules o verdes, especialmente si estas tonalidades combinan con el color de los ojos de la chica.
Eyeliner líquido
Los eyeliner líquidos resultan más fáciles a la hora de aplicar que los lápices convencionales. También se retiran con facilidad, por lo que no hay peligro ante una equivocación. Los lápices de ojos son uno de los productos en que merece la pena invertir porque además de darle uso durante bastante tiempo se requiere práctica para perfeccionar la técnica.
Sombras de ojos
El siguiente paso en el maquillaje serían las sombras de ojos. En el caso de adolescentes aquellas que contienen brillos son las que suelen tener más aceptación, al contrario de lo que ocurre en las mujeres adultas, que no quieren resaltar en exceso los ojos, porque eso puede suponer remarcar los signos de envejecimiento.
Productos no necesarios en el primer kit de maquillaje
Máscara de pestañas
En un principio no es necesario contar con una gran variedad de sombras de ojos, con tener colores básicos es suficiente. El rosa o el marrón se puede utilizar en los maquillajes de diario y el negro o gris en los de noche. La máscara de pestañas, uno de los productos clásicos de belleza, tampoco es imprescindible para una adolescente, salvo que tenga unas pestañas muy pequeñas o de una tonalidad muy clara. Una máscara transparente servirá para fijar las pestañas sin dar color y manteniendo la mirada natural.
Iluminador
El iluminador no se hace necesario para maquillar a una adolescente, sobre todo porque requiere de cierta práctica de la que una carece cuando empieza a maquillarse. No merece invertir en este producto, salvo que la chica quiera profundizar en el maquillaje. Lo mismo ocurre con algunos cosméticos novedosos que requieren de cierto trabajo. Es el caso de los pigmentos, reservados para quienes ya están familiarizados con el maquillaje.
Qué instrumentos se necesitan
Para la correcta aplicación de un maquillaje se precisa de un instrumental adecuado. De no tenerlo, pueden cometerse importantes errores que darán al traste de conseguir un mejor aspecto. En el caso del corrector algunos cuentan con su propio aplicador y otros basta extenderlos con los dedos. Resulta mucho más preciso que hacerlo con una brocha y ofrecerá un resultado más natural.
Una brocha gorda para aplicar los polvos compactos es prácticamente imprescindible y es más práctica que las esponjas que suelen traer. Para el colorete se precisa de otra más pequeña y, a ser posible, que sea biselada. Esta forma permitirá difuminar el colorete hacia la parte superior de la mejilla. Si lo que se quiere es marcar las 'manzanitas' basta con una brocha redonda.
Por lo que se refiere a las sombras de ojos existen multitud de brochas en función de la aplicación que se les quiera dar. Para un maquillaje sencillo basta con un pincel de punta redondeada y quizás otro más preciso para difuminar o contornear ciertas partes del ojo.
Cuando una adolescente se introduce en el mundo del maquillaje no es preciso que cuente con gran cantidad de productos, porque a buen seguro terminará por desechar muchos de ellos. Resulta más conveniente y práctico ir adquiriendo poco a poco cosméticos y ampliando la colección una vez se conoce la piel y los gustos de la persona.