Seguramente habremos oído hablar muchas veces del maquillaje llamado iluminador o lo hemos utilizado nosotras mismas. Sin embargo, este es esencial para mejorar nuestro look y debe ser utilizado adecuadamente si queremos conseguir los mejores resultados.
Muchas de las nuevas técnicas de maquillaje, como el contouring, han potenciado el uso del iluminador, ideal para resaltar zonas de nuestro rostro que queremos que tengan una luz especial.
Qué es el iluminador
El iluminador es un tipo de maquillaje, líquido o en polvos, que sirve para dar luz a todas aquellas zonas de tu rostro las cuales quieres resaltar y también para eliminar ciertas sombras. El iluminador solamente aporta luz y centra la mirada hacia algunos puntos de nuestra cara, por lo que no tiene nada que ver con el corrector. Este tiene como función principal cubrir imperfecciones del rostro, arrugas y ojeras, por lo que debe ser del mismo tono que nuestra piel y nunca más claro.

El iluminador, no obstante, sí será de un tono más claro que nuestro color de piel, ya que pretende resaltar y dar luz a ciertas zonas de nuestro rostro y no tendrá la consistencia necesaria como para cubrir imperfecciones y ojeras como un corrector.
Debemos tener mucho cuidado en utilizar el iluminador correctamente, porque si nos lo aplicamos en una zona de la cara donde no queríamos destacar, centraremos toda la atención en ella con esta técnica y producto de maquillaje.
Por lo tanto, utilizaremos cada producto para la necesidad adecuada, el corrector para las imperfecciones y ojeras, el bronceador para crear sombras y el iluminador para crear volumen y luz. Podemos aplicarnos el iluminador líquido, en lápiz o crema, antes de ponernos la base de maquillaje o después y el iluminador en polvo siempre encima de la base líquida.
Cómo aplicarnos el iluminador
El iluminador es un producto de maquillaje ideal para esculpir el rostro y sacarnos el máximo partido. Por eso, son muchos los profesionales que utilizan este producto y lo consideran adecuado en técnicas como el mencionado contouring.

Mal utilizado el iluminador puede ser una herramienta terrible y muchas son las fotografías de famosas que salen con brillos o manchas blancas en el rostro de un iluminador mal aplicado.
La mejor manera de ponernos este tipo de maquillaje es una vez hayamos terminado de ponernos la base y los polvos matificadores. Habremos dado así un tono mate y homogéneo en nuestro rostro, tapando impurezas e imperfecciones. Será entonces el lienzo ideal para empezar a esculpir con el maquillaje la forma que deseemos.
Aplicación paso a paso
- Empezaremos por aplicarnos el bronceador para crear las sombras que queramos. En el caso de que tengamos la cara muy angulosa y prefiramos no añadir más sombras podemos abstenernos de utilizar el bronceador.
- A continuación procederemos por aplicarnos el iluminador debajo del arco de la ceja, para hacerlo más marcado y enmarcando nuestra mirada.
- Recuerda que debes tener las cejas muy cuidadas para aplicarte aquí este tipo de maquillaje, por lo contrario el iluminador resaltaría la zona y haría patente que no las llevas bien depiladas.
- Otra de las zonas en las que puedes aplicarte el iluminador es en la parte más alta de los pómulos, así harás que sean más prominentes y, junto con las sombras creadas por el bronceador, dé el efecto de que tienes un rostro más delimitado (en el caso sobre todo de que lo tengas muy redondeado y quieras darle un efecto más anguloso).
- Finalmente, puedes aplicarte el iluminador en la frente, el puente de la nariz o la barbilla para resaltar estas zonas y dar un efecto de tridimensionalidad a tu cara, disimulando el efecto mate del maquillaje y haciendo que obtenga un toque más brillante y natural, como si tu casa brillase levemente debido al sol y a las buenas condiciones de tu piel.

Recuerda que el iluminador debe ajustarse a tu tono de piel, puesto que si lo compras más claro o más oscuro resaltará demasiado y no obtendrás el resultado que realmente esperabas con esta técnica de maquillaje.