Los toques orientales abundan en las colecciones de la industria olfativa, pero no hay nada como contar con un verdadero libanés para seleccionar una colección de fragancias con las que transportarte a un paraíso oriental. Puestos a diseñar a lo grande, Elie Saab crea arte con sus manos que se refleja en sus vestidos, aunque también acompaña a sus colecciones de aromas distintivos.
De la pasarela a la calle
Pese a que su influencia en el mundo de la cosmética no va más allá de sus desfiles, son muchas las mujeres y los maquilladores profesionales los que buscan en sus pasarelas la inspiración para lucir un look perfecto. En los rostros de sus modelos podemos observar una evolución, dependiendo siempre del tipo de desfile en el que nos encontremos.
Elie Saab es conocido por inspirar una serie de tonalidades marrones o rosáceas, donde lo que predominan son las miradas limpias y los rostros aniñados. Como si de unas ninfas de cuento se trataran, las mujeres que se atrevan a lucir un diseño del modisto libanés tienen que simular una sensación de ingravidez. Empezando por el maquillaje simple y poco llamativo.
Lo que sí que podría destacar por encima de todo son sus diseños, que tienen un aspecto de fantasía que él mismo pretende traducir a la modernidad del estilo oriental. Sus raíces son importantes para él, por eso todo en su mundo tiene una relación directa con el país árabe: tejidos, efectos, diseños, modelos, maquillajes, escenificación...
Para poder devolver ese aire de magia que tienen de por sí implícitos sus vestidos, Elie Saab se lanzó al mercado de la industria olfativa en el año 2011. En esa nueva etapa de su carrera y la ampliación de su firma, el frasco Le Parfum empezó lo que se convertiría con el tiempo en una pequeña dinastía de fragancias.
El aspecto de su aroma
Su frasco se caracteriza por ser de cristal transparente con un degradado en color. Actualmente existe en azul, rosa, dorado y plateado. Luego hay otros modelos que simbolizan al oro puro y al negro azabache, dos tonalidades clave en su cultura del diseño. A cada uno de esos colores se le otorga un nombre propio y un olor característico.
Siempre bajo la influencia de tonalidades olfativas orientales, como el jazmín, el azahar y la vainilla, sus perfumes representan el estado en el que se encuentra enfrascada la firma. Sus aromas recuerdan a una conjunción de lugares exóticos propios de su país natal, donde cada año se renuevan esas sensaciones olfativas.
Hoy en día, el diseñador cuenta con una pequeña y proliferante colección, ya que con cada temporada anual se renueva alguno de sus perfumes anteriores. Eso sí, siempre enclaustrados en la idea de Le Parfum: Eau Couture, Rose Couture, Eau de Parfum Intense y Eau de Parfum son los cuatro nuevo números que van de la mano. Estos se suman a una colección que también pertenece a Le Parfum, donde podemos encontrar una gama de productos de belleza como gel, crema, leche corporal y desodorante.
Con cada nuevo perfume, la firma Elie Saab escoge la que será parte de la representación, venta e inspiración del perfume en cuestión. En el año 2013, una Anja Rubik en ascenso lucía sus mejores galas de la casa para presentar Le Parfum, mientras que en 2015 le seguiría Toni Garrn, donde la ciudad, el perfume y ella eran los protagonistas de una campaña sencilla, pero con mucho glamour.
Una historia que no ha llegado a su fin
La búsqueda de su fragancia tiene mucho -si no todo- que ver con su cultura, su educación y su pasado. La esencia de su país natal con la gastronomía típica, la gente, los lugares de culto y el avance de una sociedad tras el conflicto, son las razones por las que Elie Saab se lanzó a la comercialización y cambio de rumbo sobre el concepto que Europa y América tenían sobre el mundo oriental.
Su primer taller de costura abrió por primera vez en el año 1982, cuando el diseñador contaba con tan solo 18 años de edad. Su formación autodidacta y la prácticamente inexistente experiencia profesional en el sector no le auguraban muy bueno resultados. Pero supo dar a conocer la belleza y la fortaleza que se esconden tras cada uno de sus diseños.
Sus puntadas han llegado a los más alto. Desde su debut en una pasarela europea en los año 90 donde Roma fue su primer destino, Elie Saab ha conseguido ganarse el favor del público mundial. Ha ascendido, además, a la categoría más elevada del mundo de la moda : la denominación de Alta Costura para la pasarela de París. Es en esta ciudad donde cuenta con un taller donde se realizan con un mimo excesivo las prendas hechas a medida y que le permiten estar a la cabeza, junto con otras firmas participantes.
Además de las firmas de prêt-à-porter y de alta costura, Elie Saab cuenta con una gama de accesorios, monturas de gafas y colección de novias estrenada para la primera de 2017. Junto con sus perfumes, la firma sigue creciendo en cantidad, seguidores, proyectos y aciertos.
Pese a ser una firma relativamente joven, ha conseguido lo que muchas otras no han podido ni soñar durante décadas. Porque no olvidemos que desde la apertura de su primer taller de costura en Líbano hasta la fecha, han transcurrido 35 años; pero el modisto no dio a conocer sus colecciones de alta costura hasta entrado el siglo XXI.