Se estrenó en el año 2010 en formato Eau de Toilette y, este año 2018, 'Bleu de Chanel' se reinventa, como viene sucediendo cada cuatro años. Y es que, en 2014, se presentó 'Bleu de Chanel Eau de Parfum', la versión de mayor concentración que ahora da paso a la variedad más intensa de la colección: 'Bleu de Chanel Parfum'. Con el objetivo de destacar la profundidad de las notas leñosas y amaderadas de la marca, Oliver Polge ha sido el encargado de desarrollar esta nueva creación de Chanel, sucediendo a su padre, el emblemático perfumista de la casa Jacques Polge, que compuso tanto 'Bleu de Chanel Eau de Toilette', como 'Bleu de Chanel Eau de Parfum'.
Descrita como una " poderosa y refinada fragancia masculina que revela la esencia de la determinación ", 'Bleu de Chanel Parfum' sigue la misma línea de diseño que es resto de la colección, cuya única variación en el packaging es su color, que se torna en un frasco cuadrado más oscuro. " El color de la libertad en una botella de color intenso. Una fragancia que revela tres matices de su temperamento en tres interpretaciones: Eau de Toilette, Eau de Parfum y, ahora, Parfum", dice la firma cosmética del perfume, que está disponible en dos presentaciones con un tamaño de 50 ml. y de 100 ml.
Precisamente, como esas fragancias predecesoras, este nuevo perfume para hombre pertenece a la familia olfativa Amaderada aromática. Sin embargo, al tratarse de una versión más concentrada, los ingredientes que la componen son más concretos, aunque manteniendo la esencia y los aromas principales de la edición original. De este modo, el perfume sigue teniendo una apertura fresca y cítrica pero, a diferencia de la lima ácida, la menta, la pimienta rosa y el pomelo, que llevan los flankers anteriores, sus notas de salida se componen únicamente de ralladura de cáscara de limón.
La versión más intensa de la colección 'Bleu de Chanel'
Lo mismo sucede con las notas de corazón, donde los aromas florales de la lavanda y el geranio, sustituyen al jazmín, el jengibre y la nuez moscada de sus antecesores. Por último, mantiene la base amaderada de la mano d el cedro y el sándalo de nueva Caledonia, pero prescindiendo, en este caso, de los clásicos toques balsámicos que aportaban el ládano, el pachulí, el vetiver, el incienso, el almizcle y el ámbar presente en las notas de fondo originales.