A medida que pasa el tiempo, es inevitable que nuestra piel pierda flexibilidad y elasticidad. Cada vez son más los tratamientos y los avances científicos que permiten ralentizar este proceso. Uno de estos tratamientos con el que se ha demostrado la eficacia para combatir el proceso del envejecimiento es la Bioestimulación cutánea.
Es por eso que una parte del tratamiento consiste en obtener una muestra de sangre que es anticuagulada y centrifugada para separar el plasma rico del plasma pobre.
A continucación, de forma similar a la mesoterapia, se reinyecta superficialmente con una pequeña aguja debajo de la piel del paciente y aunque es indoloro, se puede aplicar una anestesia antes.
Además de esto también se aplica una mezcla de aminoácidos y conenzimas para que el fibroblasto sintetice los elementos esenciales de la piel como son el ácido hialúronico, el colágeno o la elastina.
No hay riesgo de alergias
El proceso dura unos 15 o 20 minutos y siempre lo debe realizar un médico especialista que oriente adecuadamente al paciente sobre el tratamiento al que se va a someter para tener la seguridad también de que es perfectamente compatible con su tipo de piel, aunque se trata de un tratamiento seguro ya que el plasma es propio del paciente por lo que no existe riesgo de alergias.
En cuanto a la edad para someterse a la bioestimulación cutánea está entre los 30 y los 60 años y en principio se puede realizar tantas veces como sea necesario siempre y cuando se tengan en cuenta el número de plaquetas del paciente.