La caléndula es una de las plantas que todo aficionado a la cosmética natural conoce. Además de tener una bella flor y ser utilizada con fines decorativos presenta toda una serie de propiedades que la convierten en uno de los ingredientes indispensables a la hora de proferir cuidados a la piel. Ya en el siglo XII se utilizaba para tratar picaduras de insectos y desde entonces se ha ido popularizando su uso en numerosos productos de belleza debido a sus cualidades.
La caléndula es una planta que pertenece a la familia de las asteráceas, al igual que el crisantemo o la margarita, y es propia de los países mediterráneos. A la hora de cultivarla no precisa de demasiados cuidados y se puede tener a mano en el jardín para improvisar remedios naturales en determinados momentos. Sus pétalos son comestibles y es donde se concentra la mayor parte de las beneficiosas propiedades de esta planta.
Propiedades de la caléndula
La caléndula se usa como antiséptico y bactericida en tratamientos contra el dolor y también en enfermedades cutáneas. Tiene un efecto calmante que la convierte en adecuada para aplicar en cuidados de pieles sensibles o que han sufrido alguna afección. Contiene vitamina C, sales orgánicas y proteínas.
Estrías, verrugas, rozaduras, quemaduras, agrietamiento de la piel, cicatrices o rojeces son aspectos que se pueden combatir con productos elaborados a partir de esta planta. Y es que tiene principios calmantes y cicatrizantes al tiempo que mejora la circulación sanguínea, por lo que todo son beneficios para lapiel.
Por todo ello son numerosas las firmas cosméticas que incluyen la caléndula en sus productos de belleza ya que, además de sus muchas propiedades, tiene una alta tolerancia y resulta extraño que produzca algún tipo de reacción. Cremas solares, hidratantes, bálsamos infantiles, champús, geles y jabones son los más habituales, aportando un extra de hidratación y suavizando la piel. La caléndula está recomendada para los cutis secos o maduros y en el caso de los grasos etos productos únicamente deberían ser usados en caso de acné, porque aportan más grasa, y en las zonas de la cara donde hayan aparecido granos.
La caléndula no precisa de demasiados cuidados a la hora de cultivarla, por lo que uno puede crear sus propios productos de belleza con ella si tiene plantas en el jardín o en una maceta en casa. Lo más utilizado suelen ser los pétalos de la flor, una vez estén secos, pero en ocasiones se emplea también el tallo de esta flor en las preparaciones.
Preparados caseros a base de la planta
Emoliente de caléndula
Se puede elaborar un emoliente casero de caléndula para tratar el acné y que se usa como tónico. Basta hervir en agua (un litro) pétalos (15 gramos) y utilizar una vez se haya enfriado con la ayuda de un algodón para aplicarlo.
Aceite de caléndula
De entre todos los productos que se pueden hacer con esta planta el aceite es uno de los más destacados como producto de belleza, ya que regenera la piel, estimula la producción de colágeno y previene las arrugas. Además contiene antioxidantes que previenen los radicales libres y resulta de lo más sencillo de hacer:
- En un tarro de cristal se dejan macerando hojas frescas de caléndula (300 gramos) con aceite de oliva virgen (un litro) entre dos y cuatro semanas.
- El aceite de oliva puede sustituirse por aceite de almendras, potenciando aún más sus efectos.
- Pasado este tiempo se cuelan las flores y está listo para usar.
Ungüento de caléndula
Si en vez de aceite lo que se quiere es elaborar ungüento de caléndula basta añadir a la mezcla cera de abeja (125 gramos) previamente derretida al baño maría. Se utiliza en verrugas y varices para reducirlas.
Para elaborar una mascarilla facial de caléndula basta preparar una infusión con pétalos secos y mezclar tres cucharadas con dos cucharadas de harina de avena y una de miel. Se extiende por el rostro y se deja actuar durante 20 minutos. A continuación se retira con lo que ha sobrado de la infusión. Y si lo que se pretende es que la caléndula actúe sobre la piel de todo el cuerpo se puede utilizar alguno de los geles o cremas que están a la venta.
Sales de baño de caléndula
O también pueden elaborarse unas sales de baño caseras. Para ello hay que mezclar en un bote sal fina (300 gramos), sal gorda (200 gramos), aceite de almendras (2 cucharadas) y esencia de caléndula (10 milímetros). Hay que dejar unos días en reposo antes de usar para que la sal se impregne de los otros ingredientes. Como se puede ver, son muchas las posibilidades que ofrece la caléndula como ingrediente en productos de belleza, especialmente para la piel madura o castigada.