Aunque puede quererse en cualquier época del año, con la llegada del buen tiempo y el verano queremos estar algo morenos antes de acudir a la playa, o bien tenemos un evento especial y nos apetece lucir una piel bronceada. Lo que podemos hacer es acudir a un tratamiento de rayos UVA para oscurecer gradualmente nuestra piel.
Aunque los resultados son generalmente los esperados y no existe ningún problema añadido, hay que tener en cuenta algunas cosas para mantener la piel sana y cuidada tanto antes como durante y después del tratamiento.
¿Quién puede hacerse un tratamiento de rayos UVA?
Eso depende de cómo sea tu piel. Una persona con la piel muy clara, la cual es difícil de broncear y se quema con facilidad bajo la exposición del sol, seguramente no sea capaz de hacerse este tipo de tratamiento. Eso es porque la cantidad de melanina es menor en su piel y los rayos UVA pueden tener los mismos efectos nocivos en nuestra piel como el sol natural.
Por lo tanto, este tipo de piel se quemaría con mucha facilidad y, no solamente no se conseguiría el bronceado necesario, sino que también podría llegar a dañarse con gravedad. Si tienes este tipo de piel es mejor que optes por otros modos de poner morena tu piel, como las cremas bronceadoras o el tratamiento de bronceado por spray que se hace en muchos centros de belleza.
Si tu piel se broncea gradualmente o con facilidad, lo mejor es que acudas a un centro de belleza de calidad y te dejes aconsejar por un profesional. Ellos te dirán cuántas sesiones debes realizar, cuántas necesitas para conseguir los resultados deseados y cuándo deberás dejar descansar tu piel de los rayos UVA.
Hay mucha gente adicta a la sesión de los rayos UVA y que lucen un moreno poco natural. Por eso, debemos tener en cuenta la salud de nuestra piel y lucir un bronceado gradual que nos hará brillar este verano.
Cómo cuidar la piel antes del tratamiento de rayos UVA
Debemos tener en cuenta que los productos que nos aplicamos antes de tomar el sol no son los mismos que debemos aplicarnos en la piel antes de una sesión de rayos UVA.
Hay que proteger la piel
La mayoría de centros en los cuales se hace este tratamiento no permiten utilizar los productos de protección solar para el sol en sus instalaciones, ya que suelen ser muy grasos y pueden llegar a dañar los instrumentos de la sala.
Por lo tanto, antes del tratamiento de rayos UVA debemos untarnos unas lociones que contienen SPF y ofrecen protección ante los agentes dañinos de los Rayos UVA y UVB. Además cuentan con una composición que hace que nuestra piel se mantenga sana e hidratada durante y después del tratamiento.
Tyrosine para estimular la producción de melanina
Otro ingrediente fundamental de estas cremas especiales para las sesiones de rayos UVA es la Tyrosine. Esta estimula la producción de melanina para antes de tu tratamiento, así la piel se bronceará potencialmente.
Existen lociones para los tratamientos de los rayos solares para el cuerpo y otras para exclusivamente el rostro, las cuales ayudan a disminuir la aparición de manchas o quemaduras en la cara, además de atrasar las arrugas que pueden generarse por abuso de los rayos UVA.
Cómo cuidar la piel tras un tratamiento de rayos UVA
Después de un tratamiento de rayos UVA debemos hidratar nuestra piel. Aunque los productos que hemos utilizado antes y durante la sesión habrán hidratado y protegido nuestra piel, no garantizan esta hidratación una vez la sesión ha finalizado.
Hay estudios que demuestran que los usuarios de rayos UVA son dos veces más propensos a utilizar productos de belleza antiedad, ya que este tratamiento, al igual que con los rayos solares, nuestra piel tiene más posibilidad de verse afectada por la aparición de manchas, quemaduras y arrugas a edades más avanzadas.
Si hacemos un tratamiento de rayos UVA habitualmente, debemos intentar no acudir a la playa en las próximas 24 horas después del tratamiento. Además no debemos utilizar los mismos productos de protección para las sesiones que para ir a tomar el sol.
Por lo tanto, lo mejor es hacer estos tratamientos meses antes de acudir a la playa, gradualmente, para conseguir un bronceado natural y, después, hacer el mismo tratamiento después del verano, una vez ya tenemos el bronceado deseado después de acudir a playas y piscinas, para mantenerlo a lo largo del invierno.
Es muy importante mantener un bronceado natural en invierno, puesto que si mantenemos el mismo que teníamos en verano se verá poco natural y lo que deseamos con estas sesiones es lucir una piel sana, hidratada y bronceada durante todo el año con clase y elegancia.