Pintarse las uñas se está convirtiendo en un fenómeno más habitual que de costumbre. Y es que la moda de lucir colores brillantes no sólo se reduce a la ropa. Firmas y diseñadores como Óscar de la Renta con su 'Nail Polish Collection', los 'French Kisses' de Burberry, Givenchy y su colección 'Le Vernis', Astor, Kiko y hasta Marc Jacobs y Victoria's Secret han lanzado colecciones de esmaltes de uñas para las nuevas temporadas, muchos de ellos de colores brillantes y llamativos.
Después de la cara, las manos son probablemente la segunda parte de nuestro cuerpo en la que más se suelen fijar los demás y juegan un papel decisivo en la primera impresión que causamos. Por eso, lucir una manicura impecable es muy importante. Si eres de las que se muerde las uñas o las tiene especialmente débiles o estropeadas, apostar por las uñas postizas puede ser una buena solución para lucir unas manos espectaculares.
Ventajas e inconvenientes de las uñas postizas
Hay tres tipos principales de uñas postizas: uñas de gel, uñas de acrílico y uñas de porcelana.
Las uñas de gel son las más asequibles y fáciles de colocar ya que simplemente se aplica una gota de gel para pegarla. Sin embargo, son moldes prefabricados que puede que no terminen de adaptarse totalmente a tus uñas.
Las uñas de acrílico, sin embargo, s e adaptan perfectamente a la fisionomía de las uñas y si se colocan correctamente puedes tenerlas puestas hasta medio año. El inconveniente principal se presenta a la hora de colocarlas. El acrílico es un producto líquido que al secarse se endurece, como si fuese plástico, con la forma de un molde idéntico a las uñas de la persona y requiere más tiempo para ponerlas.
Por su parte, las uñas de porcelana son más finas y más frágiles. Se colocan en el borde de las uñas y van desplazándose conforme crece la uña natural por lo que hay que cuidarlas de manera más regular. Al margen de lo que se cree, estas uñas están fabricadas a partir de fibra de vidrio y son parecidas a las acrílicas.
Rompiendo mitos
Hay muchos mitos sobre las uñas postizas, por ejemplo, que destruyen a las uñas naturales o que causan hongos. En cuanto al primer aspecto, lo que puede perjudicar a nuestras uñas naturales es, más que el pegamento o la uña artificial, la eliminación incorrecta del pegamento o si se fuerzan de más a la hora de retirarlas. También puede perjudicarnos el pegamento, ya que algunos contienen más químicos que otros. Por ello, infórmate antes de aplicarlo. En el otro extremo, hay quienes ven a las uñas postizas como un "escudo protector" de las naturales, ya que las protegen de roturas y similares.
Siguiendo con el segundo aspecto, si las uñas se colocan de manera incorrecta y no se ha preparado previamente a la uña natural, sí que pueden producir hongos. Sin embargo, esto ocurre muy puntualmente y sucede sólo en el caso de que la uña natural se desprenda de la artificial y al mojarse forme humedad.
Hay quienes no están acostumbradas a manejarse con las uñas largas o tan fuertes, pero eso no significa que el hecho de llevar uñas postizas sea incompatible con nuestra actividad diaria. Todo depende de acostumbrarse a ellas. Eso sí, si te cansas, acude al salón en el que te las hayan puesto y no pruebes a retirarlas por ti misma ya que podrías arrancarte las uñas equivocadas.