A todas nos gusta tumbarnos al sol y conseguir un cuerpo moreno y bronceado pero cuando esa práctica se convierte en una obsesión se considera que sufrimos de tanorexia, un trastorno psicológico en la que año tras año surgen nuevos casos sobre todo entre mujeres jóvenes (entre 17 y 35 años). En Bekia te vamos a explicar en qué consiste la tanorexia, sus peligros y como superar la adicción al bronceado excesivo.
Qué es la tanorexia
La tanorexia o adicción al bronceado es el término usado a menudo para describir una condición en la cual una persona genera una necesidad obsesiva para lograr un tono de piel más oscuro, ya sea tomando el sol al aire libre o en cabinas de rayos UV, que nunca puede alcanzar al creer tener un tono mucho inferior al real. Aunque el término "tanorexia" ha sido comúnmente utilizado por los medios de comunicación y varios doctores para describir el síndrome, tanto el propio síndrome como la palabra, no han sido ampliamente aceptadas por la comunidad médica.
En la mayoría de las ocasiones, personas exponen su cuerpo al sol durante muchas horas para lograr el moreno deseado y sin el cuidado adecuado con fotoprotectores, lo que puede provocar lesiones malignas en la piel y, en casos extremos, cáncer de piel. Este tipo de peligros no les vemos a simple vista a la hora de lograr un moreno perfecto pero hay que tenerlos presente cada vez que tomamos el sol.
En el año 2005, un grupo de dermatólogos publicaron un estudio que demostraba que los tanoréxicos experimentaban una pérdida del control de sus límites, que evitaban poder parar el proceso de bronceado una vez la piel ya está morena, dicho patrón es similar a otras adicciones como el alcoholismo o tabaquismo. Dicha adicción al bronceado es producida por una liberación de opioides y endorfinas mientras se toma el sol. Los individuos analizados en el estudio que tomaron el sol con gran frecuencia, al cortar el ciclo presentaron un grave síndrome de abstinencia, mientras que los que tomaron el sol en cantidad moderada, no experimentaron cambios destacables.
Peligros de la adicción al bronceado
Existen numerosos riesgos de tomar el sol sin la protección adecuada para nuestro cuerpo, algunos se pueden apreciar a simple vista y otros, los más peligrosos, sólo son detectables por personal cualificado.
Los más comunes son quemaduras en la piel, mediante el enrojecimiento de las zonas afectadas, con formación de ampollas, hinchazón (edema) lo que conlleva a un envejecimiento prematuro de la piel. Para evitar las quemaduras lo mejor es aplicarse protección solar adecuada a nuestro tipo de piel de forma repetida durante todo el tiempo que estemos expuestos al astro rey. Además pueden aparecer arrugas prematuras y mucho más profundas que las ocasionadas de manera natural.
El mayor peligro de la tanorexia es el cáncer de piel. Para poder tratar el problema desde el primer momento estate atenta a tus lunares y manchas, y si alguno cambia de color, crece de manera desproporcionada o tiene bordes irregulares acude a tu médico de confianza para realizarte un chequeo completo.
Cómo darse cuenta de la adicción al bronceado
A pesar de que el síndrome aún no ha sido reconocido oficialmente por la comunidad médica, ya se conocen algunas pautas de conducta de las personas que sufren tanorexia. En la mayoría de los casos, los propios afectados no son conscientes de este tipo de síntomas y son la familia y amigos los que tiene que hacer ver al paciente de que sufren un problema que es necesario tratar cuanto antes.
Algunos de esos síntomas son :
- Compulsión por aumentar y mantener el tono ganado experimentando excesiva ansiedad.
- Competitividad con compañeros por conseguir el bronceado más oscuro.
- Frustración e insatisfacción crónica por los resultados obtenidos.
- Convencimiento constante de que su tono de piel es inferior de lo que realmente es.
- Pérdida de apetito provocada por la sensación de falta de horas al sol.
Cómo superar la tanorexia
Para poder superar el trastorno de conseguir un cuerpo perfectamente moreno lo primero que se debe hacer es acudir a un psicoterapeuta que sepa llevar este tipo de casos. Hablar con alguien que conozca el problema es fundamental para conseguir superar el trastorno. Además, la persona afectaba debe comenzar a tomar las medidas necesarias para de protección solar para no dañar más su piel por la exposición a los rayos ultravioleta.
Después será necesario acudir a un dermatólogo para comprobar cuál ha sido el daño que ha ocasionado el sol en la piel de los pacientes y comenzar el tratamiento más adecuado para cada piel.
Por supuesto es imprescindible que la persona afectada reconozca el problema y esté dispuesta a conseguir superarlo con todos los medios a su alcance. El apoyo de su entorno es fundamental para ayudar al paciente a seguir con su vida y evitar que vuelva a recaer en la enfermedad.