Hemos oído hablar muchas veces de los serums y de sus eficientes propiedades, pero en muchas ocasiones tenemos que elegir entre la versión en crema de cierto producto o la versión en serum sin saber del todo su significado.
La fórmula de los serums
La fórmula y eficacia de los serums está basada en la riqueza de sus principios activos que actúan sobre problemas determinados como flacidez, arrugas o deshidratación. Estos cosméticos incluyen un mayor número de ingredientes que una crema habitual por lo que estimulan de una manera más efectiva el proceso de renovación de la piel.
Aunque por sí solos constituyen un maravilloso tratamiento es fundamental combinarlos con cremas hidratantes o protectores solares en verano. Estos serums se aplican sobre el rostro sin necesidad de ningún masaje, ya que su textura se absorbe inmediante en la piel, y tras ello se debe colocar la crema hidratante.
Los diferentes tipos de serums
Podemos encontrar en el mercado dos tipos diferentes, serums para la piel y serums para el cabello. El primero de ellos soluciona los problemas más notorios del cuidado como arrugas, falta de vitalidad, manchas o sensibilidades de la piel.
El segundo tipo, los de cabello, se usa para tratar la sequedad y el encrespamiento o simplemente para dar más brillo o un acabado perfecto a los peinados, sobre todos los lisos. En estos casos se usa como un aceite, poniendo unas gotitas en las palmas de las manos y aplicando en medios y puntas.
Para problemas más específicos como la soriasis capilar también hay unos serums específicos que se aplican por la noche y disminuye la irritación y descamación reforzando las defensas de la piel.