La parafina es cada vez más usada en el la cosmética, especialmente por sus beneficios de hidratación. Este elemento es conocido por ser utilizado para los pies y las manos, pero una manicura o pedicura no se limita solo a arreglar las uñas y cutículas. El aspecto también es importante, e hidratar da una nueva y renovada imagen. Pero a pesar de su us o más tradicional, en cosmética esta ganando un gran terreno. La parafina se utiliza en cremas hidratantes, tratamientos reafirmantes y tratamientos reductores. Además es utilizada en fisioterapia para relajar y aliviar los dolores como la tendinitis y las contracturas.
El uso de la parafina tiene mejores resultados cuando se aplica en coincidencia con cambios bruscos de temperatura, dado que facilitan la pérdida de agua en la piel. Este producto se utiliza principalmente en las pieles castigadas, gracias a su poder de hidratación. Mediante su aplicación, la humedad no se evapora de la piel y se concentra en capas internas para su mejor hidratación. Los tratamientos con parafina están recomendados para las personas con problemas de deshidratación, sequedad, falta de elasticidad, piel agrietada o la piel descamada.
Cuando se aplica sobre la piel, se forma una especia de película que retiene la pérdida de líquidos, de manera que mantiene la temperatura de la piel. De este modo, es un aislante térmico que provoca la pérdida de toxinas y la de líquidos. La parafina se puede realizar en tratamientos de dos maneras. Siempre calentada con 44 o 45 grados, se puede aplicar sumergiendo la zona a tratar o pincelando la parafina para trabajar la zona.
Dos maneras de aplicarla
Después de aplicarla, debe ser cubierta con un papel o plástico, y por encima una toalla para que retenga de mejor manera el calor. No debes moverte mientras el tratamiento esté en proceso, puesto que la parafina puede romperse y no tendría ningún efecto. Los tratamientos suelen rondar los 15 minutos y los envoltorios se retiran de manera cuidadosa para no quebrar el producto.
De forma líquida, para tratamientos reductores
La parafina también es utilizada en muchos tratamientos por sus propiedades rejuvenecedoras. Para obtener estos resultados debe ser aplicada caliente, a una temperatura adecuada. Se aplica como mascarilla, o terapia en centros especializados. Siempre que se trate de parafina caliente, debe aplicarse en un centro dado que nosotros no sabemos la temperatura específica que es la adecuada para el rostro. Si te pasas de la calor puede llegara a ser nocivo para la piel, consiguiendo unos resultados devastadores y difíciles de subsanar.
Parafina fría como relajante
Muchos son los centros que están comenzando a utilizarla en frío. Las ventajas son su fácil aplicación y penetración mediante un masaje suave. De esta manera el tratamiento consiste en aplicarla con un pincel, y masajear el rostro durante unos minutos, para posteriormente cubrirlo con un papel especial para que se inicie la hidratación. Veinte minutos más tarde, se retira el producto y se aplican productos relajantes realizando masajes. Para suavizar y humedecer, se aplica caliente, y se aplican una gran cantidad de capas hasta que la consistencia sea la adecuada.
Lo más importante a tener en cuenta es que los tratamientos del rostro se deben realizar en un centro especializado. Si te lanzas y quieres realizarlo en tu casa, debes limpiarte la cara muy bien y posteriormente aplicar una crema humectante. Posteriormente se aplica la parafina mediante un pincel y se dan de tres a cuatro capas. Se cubre la cara con una bolsa plástica y toallas, y cuando este fría se retira. Se hay heridas en el rostro es especialmente importante que no requieras a este tratamiento dado que puedes tener reacciones.
¿Es aconsejable el uso de la parafina en el rostro?
Muchos productos que tenemos en casa contienen parafina, pero cuando se trata de un tratamiento de parafina, como en muchos otros, aparecen los inconvenientes. El mayor problema es que tapona los poros y es un aspecto de lo más nocivo para nuestra piel, dado que no la dejamos respirar. De esta manera se dificulta la eliminación de toxinas y no es un aspecto del todo aconsejable para el organismo. Se evita la transpiración debido a su excesiva cantidad de capas para realizar el tratamiento.
Otro de los principales problemas es que no es biodegradable. Esto dignifica que no se elimina de la piel en mucho tiendo, y además altera el equilibrio hidro-lipídico de la piel. Tiene un cierto efecto rebote, que cuando los efectos pasan a las semanas, la piel se vuelve aún más seca de lo que estaba al iniciar su aplicación. La alternativa a la parafina son los aceites vegetales y las ceras naturales. Se trata de un tratamiento que tiene pros y contras, pero como todo, siempre en su justa medida no hace daño. Si te realizas un producto de parafina cada dos años, los efectos negativos no tendrán lugar. Hay que tener en cuenta que es uno de los tratamientos más inmediatos y efectivos que hay en el mercado para hidratar el rostro y como tratamiento reductor. Una de las opciones más escogida por los amantes de la cosmética.