¿Sabías que la soja ayuda a reducir los niveles de colesterol ? ¿Sabías que la soja alivia los trastornos de la menopausia y los dolores menstruales ? Además de todo esto, la soja es una buena fuente de proteínas de la que se obtienen productos como el tofu o la bebida de soja, alimentos aptos para las personas intolerantes a la lactosa y al que muchos vegetarianos recurren como sustitutivo de la carne.
¿Qué es la soja?
Pero, ¿qué es la soja exactamente? La soja es una planta originaria del sudeste asiático y que puede llegar a medir hasta un metro y medio. Actualmente, Italia es el mayor productor de soja dentro de Europa y existen muchos tipos de soja, llegando hasta a poder clasificarse en diez grupos en función de su ciclo vital. Sus frutos son legumbres que presentan un color u otro en función, precisamente, del tipo al que pertenezca, aunque principalmente son de color amarillo, negro o verde.
Aunque los usos de la soja son principalmente alimenticios, bien como legumbres o bien en alguno de sus derivados, cada vez se está extendiendo más su aplicación como ingrediente en el ámbito de los cosméticos y los tratamientos de belleza. Su alto contenido en vitaminas, como A, B6, B12, C y K así como calcio, hierro, magnesio y potasio, entre otros, hace de esta planta un ingrediente ideal para cualquier producto.
Los beneficios de la soja
Productos antienvejecimiento
Recientemente muchas firmas de cosméticos han encontrado en la soja un componente eficaz para el cuidado de la piel, sobre todo en los productos antienvejecimiento, algo que preocupa muchísimo cuando se acude a comprar productos estéticos.
Propiedades antioxidantes
Gracias a su alto contenido en vitaminas, minerales y, sobre todo, isoflavonas con propiedades antioxidantes, se ha descubierto que la soja ayuda a mantener los niveles de hidratación de la piel. Y es que esta planta actúa como antioxidante y estimula la generación de colágeno, lo que la ha convertido en la candidata ideal para ser incluida en cremas, aceites corporales y leches limpiadoras usados en los tratamientos de belleza.
Contra la piel flácida
Por otro lado, con la pérdida de estrógenos derivada de la menopausia, la piel se vuelve más flácida, comienzan a aparecer manchas y pierde densidad y elasticidad. Es precisamente aquí donde la soja se vuelve más imprescindible ya que pone solución a estos problemas: evita la acción de los radicales libres actuando en el perfil lípido de la piel y favoreciendo, tal como señalábamos, la creación de colágeno.
Desaparición de las manchas
Más concretamente, la desaparición de manchas causadas por la menopausia o la exposición al sol se ha conseguido gracias a la mezcla de soja activa con un componente llamado sepitonic.
Hidratante
Como se puede apreciar, las propiedades de la soja la han convertido en la aliada perfecta para combatir el envejecimiento. En esta línea, existen productos cosméticos que tienen a esta planta como base y que están dedicados mejorar las pieles que han sufrido el envejecimiento prematuro e incluso para aquellas personas que tienen la piel dañada como consecuencia de haber perdido mucho peso rápidamente. Todo ello sin olvidar sus propiedades hidratantes.
En las mascarillas caseras
Como puede resultar obvio, introducir la soja en nuestra alimentación sirve también para conseguir estos beneficios para nuestra piel. Además, también se puede apostar por las mascarillas caseras. Una de las más recurridas consiste en mezclar tres cucharadas de aceite de soja con media de levadura de cerveza, aplicar sobre el rostro y mantener durante media hora. Se puede repetir el proceso al menos una vez por semana.
Los peligros de la soja
En ocasiones, la interacción de la soja con otros componentes puede acarrear efectos secundarios o adversos que determinan su consumo. Así, un consumo en exceso de esta planta puede provocar hipersensibilidad a sus principios activos, es decir, una reacción del sistema inmunológico que provoca trastornos y malestares físicos.
Por otro lado, debido a su contenido en fitoestrógenos también puede interferir y modificar los efectos de algunos medicamentos. Por ello, si tomas algún medicamento de manera habitual, consulta a tu médico antes de consumirlo.
La soja se encuentra, además, entre los alimentos que pueden producir alergia alimentaria, como es el caso de los frutos secos, mariscos o lácteos. En consecuencia, ya que los componentes que forman la soja los sigue mantiendo aunque sea en productos cosméticos, siempre es mejor informarse y asegurarse antes de empezar a utilizarlos.
En caso de reacción alérgica, algunas de las reacciones que provoca son picores en la piel, dolor en el vientre, estornudos, diarrea o dolor de cabeza, entre otros. Si observas alguno de estos síntomas, acude a tu médico. Tampoco hay que olvidar que la soja cruda es tóxica y su toxicidad se elimina al hervirla, por lo que es muy importante hacerlo antes de su consumo. Si tomas soja no hervida, probablemente también puedas experimentar alguno de los síntomas mencionados.