La vitamina E es una de las vitaminas que más debemos tener en cuenta si queremos mantener nuestro cuerpo en buena forma. Es probablemente una de las más conocidas a todos los niveles junto con la vitamina C. A esta última se le suele dar mucha importancia, especialmente en invierno, y también a los cítricos vienen cargados de ella y nos ayudan a combatir los resfriados. La vitamina C es ampliamente conocida por los niños y la vitamina E por aquellos que se empiezan a preocupar por cómo les afecta la vejez.
Vitaminas antienvejecimiento
La vitamina E es la vitamina antienvejecimiento por excelencia y del grupo de los liposolubles. Es la más conocida para luchar contra la vejez y, no lo vamos a negar, a partir de cierta edad es la más demandada entre muchas personas. Se suele hablar de ella a la hora de comentar productos cosméticos que ayudan a luchar contra el paso del tiempo en nuestro cuerpo. No en vano es conocida como la vitamina de la juventud, al considerar que es la que actúa contra el envejecimiento.
Su lucha contra el envejecimiento no es solo por fuera, sino también por dentro. La vitamina E ayuda a que el sistema inmunitario de nuestro cuerpo se mantenga en buenas condiciones. Se trata de un potente antioxidante que protege los ácidos grasos ofreciendo resistencia ante algunas enfermedades y evitando la vejez de las células.
La vitamina E protege las membranas biológicas de los nervios, los músculos y del sistema cardiovascular al tiempo que prolonga la vida de los glóbulos rojos y permite que otra vitamina, la A, sea absorbida de manera correcta por el organismo. Por sus cualidades se trata de un potente diurético, a tener en cuenta para aquellos que padecen problemas de circulación, incluso aunque no tenga que luchar contra la vejez.
Su gran valor como vitamina antienvejecimiento se ve en el hecho de que es buena para determinados órganos del cuerpo que tienden a resentirse con el tiempo. Previene problemas coronarios, el colesterol e incluso puede mitigar los efectos del tabaco y el alcohol en el pulmón y el hígado, respectivamente. También es un potente cicatrizante dado que facilita se formen fibras elásticas y de colágeno y previene los problemas de vista asociados a la vejez (degeneración macular).
Alimentos con vitamina E
Existen numerosos productos, ya sean cosméticos o farmacológicos, que incluyen vitamina E y están especialmente indicados para luchar contra el paso del tiempo. Sin embargo, no hay por qué recurrir a productos fabricados en un laboratorio para darse un buen "chute" de vitamina E. Son eficaces si se precisa un tratamiento rápido, pero también hay otras formas de consumir este tipo de vitamina de manera habitual.
Una de las peculiaridades de este potente antioxidante es que se encuentra en numerosos alimentos, precisamente muchos de los que se encuentran entre los recomendados para seguir una dieta saludable. Y no hay mejor forma que consumir vitaminas que hacerlo tomando los alimentos que las contienen:
- Los vegetales de hoja verde son los grandes portadores de esta clase de vitaminas. Las espinacas, las acelgas y el brócoli, sin olvidar los espárragos (aunque no tengan hoja verde) están cargados de vitamina E, sin tener en cuenta sus otras muchas bondades.
- En el caso de las frutas las que más vitamina antienvejecimiento tienen son el kiwi, el mango, el aguacate, la ciruela y la uva.
- Los frutos secos, especialmente la almendra y la avellana, así como los cereales, son una importante fuente de vitamina E.
- Lo mismo ocurre con la carne, especialmente el hígado, la yema de huevo o las legumbres.
- Sin embargo, el alimento que mejor ayuda a luchar contra el envejecimiento es el aceite. Ya sea de girasol, de oliva, de sésamo, de soja o de maíz, siempre y cuando se consuma en cantidades moderadas, es el alimento con más vitamina E.
Dosis adecuada de vitamina E
La vitamina E se encuentra presente en numerosos alimentos considerados como sanos, pero que si se consumen en exceso pueden dejar de serlo, como os comentábamos antes. Para ello es recomendable conocer la dosis adecuada de vitaminas a tomar.
Resulta evidente que un adulto no necesitará la misma cantidad de vitamina que un niño, por lo que la dosis se incrementa a partir de la adolescencia y especialmente en mujeres en periodo de lactancia. A modo general se puede decir que, en niños menores de tres años, la dosis diaria de vitamina ha de ser de menos de 6 miligramos y que se ha de ir incrementando paulatinamente hasta entrar alcanzar la mayoría de edad, para cuando se recomendarían 15 miligramos al día.
Una deficiencia de vitamina E no suele ser frecuente en una persona que goza de buena salud. Sin embargo, sí puede ser un síntoma de que se padece algún tipo de enfermedad relacionada con la musculatura, pérdida de control del movimiento corporal, así como la fibrosis quística o la enfermedad de Crohn.